Breakdown (Axl Rose)

1984 (1)

1984 (1)
Claire

Desde hace más de dos meses venía casi todos los días él mismo chico pidiendo solo un café, sentándose en la misma mesa y se quedaba en silencio, tenía un aire misterioso ya que su cabello rizado tapaba casi todo su rostro excepto sus labios y solo lo había escuchado decir unas pocas palabras, ese chico generaba en mi cierta curiosidad.

Por eso hoy me sorprendió al verlo a lado de un chico rubio que al parecer era su amigo y a diferencia de él no dejaba de parlotear y tamborilear los dedos de una manera muy inquieta sobre la mesa, me acerqué a ellos a tomar su orden y pude escuchar un pedazo de su conversación.

-... Tienes que hablarle.- le aconsejaba al rubio con un tono animado.

-¿Que le voy a decir?

-Lo que piensas de ella que es guapa y si quiere salir algún día contigo...

-Buenos días ¿Ya saben que van a ordenar?- los interrumpí.

Ambos chicos se sobresaltaron él rubio me miró con la sonrisa más sincera que me habían dado en mi vida luego volteó a ver a su amigo y le lanzó una mirada pícara:

-Así que ella es la mesera.

Volvió a mirarme sentí como me inspeccionaba de arriba abajo.

-Lo de siempre.- me dijo él moreno con un tono nervioso e ignorando al rubio por completo

-Sabías que a mi amigo le...

-Steven no va querer nada.- dijo rápidamente.

-No es cierto, quiero unos wafles.

Yo asentí fui hacía la cocina, mientras atendía a las demás mesas, Mary me lanzó una mirada de complicidad.

-Los chicos de esa mesa no te han quitado la mirada desde que llegaron.

Se estaban refiriendo al rubio y al moreno, yo negué con la cabeza.

-No creo que me estén mirando a mi.

-No seas modesta Claire ¿Te has visto? claro que te están viendo a ti es más la mitad de los clientes te ven a ti, y no están nada mal así que aprovecha.

-No seas exagerada Mary, los clientes miran la comida- repliqué pero sentía mis mejillas arder.

Después de eso no podía evitar darme cuenta que mi amiga tenía razón acerca de los dos de esa mesa, ambos amigos me seguían con la mirada a donde sea que iba me estaban comenzando a poner de nervios.

Mientras pasaba a lado de su mesa fue imposible para mi no escuchar su plática.

-Pideselo tú o yo se lo pediré por ti.

-Aquí está la cuenta.- volví a interrumpir.

-Mi amigo piensa que eres muy guapa ¿No te quieres sentar con nosotros?- me preguntó él rubio aún animado.

Pude sentir mis mejillas arder, volteé a ver al rizado pero su cabello le tapaba la cara así que no pude ver su reacción.

-No puedo hasta que terminé mi turno.

-¿Y cuanto falta para que terminé tu turno?

-Dos horas.- respondí mirando mi reloj.

Los dos asintieron descepcionados, me volví a la barra para seguir con los pedidos, Mary se volvió acercar a mi y murmuró:

-Acabo de escuchar tu conversación con esos chicos, si quieres yo te puedo cubrir esas dos horas, sal con ellos.

-No quiero salir con nadie, Mary.