Siempre y cuando tú estés junto a mi

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Narra Youngjae

Ese lindo chico, cuyo nombre jamás olvidaré. Hoseok. Y, ¿como hacerlo? Pues esa figura tan perfecta plantada en aquel precioso parque no es para nada fácil olvidar.
Hablamos, y hablamos más y cada vez más. Pero nunca era suficiente, había algo en mí que me hacía necesitar saber más de él, TODO, absolutamente todo.
Poco a poco, comencé a obsesionarme con el. Quería verlo. Tocarlo. Sentirlo. Aunque no fuéramos nada en lo absoluto, yo lo necesitaba todo.
Y, efectivamente, no éramos nada más que simples conocidos. Supongo que no amigos podíamos ser llamados. Y eso penetraba en mi cabeza cada día que pasaba, tenía que actuar rápido, antes de que alguien más intentara arrebatármelo.

Hay algo que no le he contado, pero no quiero que se aleje. Por ahora me abstendré a decírselo. De hecho, muy pocas personas lo saben. Y estoy aquí para exponerlo de alguna forma.
Dentro de mi, desde que nací, ha habido algo con lo que he tenido que lidiar. Toda mi vida ha sido así. Nos remontaremos al inicio de todo. Cuando apenas y tenía uso de razón, mi padre hecho a golpes a mi madre al encontrarla con otro hombre. Algo traumático, ver eso, oír eso, vivir eso, todo eso fue horrible.
Mi padre era alguien comprensivo, amable, cariñoso y alegre. El hombre Perfecto. Pero su otro lado, su otra personalidad lo hacía ser el más cruel, cínico, obsesionado, violento e insensible de toda la fas de la Tierra. Se volvía detestable. De un momento a otro podíamos pasar del amor cariñoso al odio donde me golpeaba y maldecía todo lo que se le diera la gana.
Y así fueron mis primeros años de vida, hasta que llegó la hora de irme a la universidad, me había estado esforzando para conseguir un pase directo a una de las universidades más prestigiosas de Seúl, y así fue. Sin previo aviso, me fui. Me era imposible lidiar con la doble personalidad de mi padre y que a sus, jóvenes, apenas 38 años ya comenzara a presentar signos de esquizofrenia me hacía sentir aún más inseguro.
Sabía que tarde o temprano yo sería igual que el, así que mi mejor idea fue intentar huir de mi incambiable destino. Me aterraba la idea de convertirme en un monstruo. Y como él lo repetía a diario "espero paciente el día en el que te corrompas al igual que yo, ¿que más da?, igual ya estás roto. Eres un defecto. Naciste así, y así morirás". Aunque no lo creyera, era así.
Y puede que tenga razón. O al menos la tuviera. Hasta ese día.
Ese día.
Ese atardecer.
Ese parque.
Ese paisaje.
Ese viento.
Ese sonido.
Esa persona.
La que llegó a cambiarme. A repararme, a curarme. Hacía que sintiera que mis defectos me hacían perfecto.
Jamás pensé que conocería el amor verdadero, pues ahora se que era mentira.
Lo conocía y toda mi felicidad estaba plasmada en el. Por ello necesitaba tenerlo entre mis manos lo antes posible.
¿Ahora entienden por qué estoy tan desesperado por tenerlo?
Puede decirse que soy un loco. Desde luego que si. Pero aún más loco me volvía el. Y si así se siente ser un desequilibrado, quiero serlo toda mi vida.
Pero siempre y cuando tú estés junto a mi.
Gracias por estar aquí, mi pequeña flor, mi gran sol, mi dulce esperanza.
H
O
S
E
O
K





Ta-ran. ❤️😂
No se si les guste, pero no quería que la historia estuviera llena de cliques típicos de amor súper románticos y perfectos, así que decidí variar un poco. Además, quería incluir un poco de oscuridad a esto.
El próximo capítulo será dese la perspectiva de Hoseok. Así que espérenlo. ❤️💖

 ❤️💖

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UN MUNDO IMPERFECTO, PERO JUNTO A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora