Salimos del club con la mitad de las respuestas y antes de irnos el guardia nos detiene. Nos hace esperar hasta que viene una chica rubia. Tiene un vestido corto, que le queda adorable para venir de un lugar como ese y un pañuelo que cubre su cuello, lo que hace pensar que hay una mordida allí. Entonces se acerca hasta nosotros con unas cartas en las manos.
—Hola, soy Sarcy, Ace me dejó esto para ustedes —Me las da, acto seguido se va corriendo para volver al club.
—Esa chica... —acota Darren —¿No se te hace conocida?
—De hecho la he visto antes, en el aquelarre —Lo miro y luego a los naipes —¿Qué es esto?
Una carta con una bruja y otra con el dibujo de varios soldados, aunque uno de ellos está tachado en esta ¿Por qué dañar la imagen?
—Deduzco que esta es Aradia —Darren señala a la bruja analizando las tarjetas —y estos, no sé ¿Tarik?
—Puede ser, es un grupo y tacha al jefe ¿Por qué ha escrito en la carta? —La muevo —Ace no suele hacer eso.
—Desesperación, mira el pulso —Presiona el puño —malditas voces, tengo que entrar ahí otra vez —Mira el club —. Nadie controla a mi Ace sin sufrir las consecuencias.
—Nos echaron porque no quieren que descubramos más cosas, no creo que podamos volver a entrar, tuvimos suerte.
—Bueno —Bufa —mañana seguiremos con la búsqueda, se está haciendo tarde y supongo que tendrás que hablar con Maik.
¿Hablar? ¿Con Maik?
—¿Estás de broma? —expreso desconcertada y avergonzada —¿Qué le digo? ¡Que horror!
—¿Lo mismo que le dijiste a Seyn? —Alza una ceja.
—¡¡No es lo mismo!! —grito.
—Te lo diré de este modo, vas a tener que contarle, porque no sabés cuanto tiempo permanecerás así, lo harás preocupar y yo no puedo mantenerte en mi casa para siempre, Seyn se enfadaría.
—Lo sé, lo sé —repito y suspiro.
—Bien —Sonríe —te llevaré a tu casa, te acompañaré y se lo dirás, no hay nada que temer conmigo a tu lado —Me guiña y luego levanta el puño —¿Preparada? Vamos.
