21. Un brillo de tristeza

411 80 37
                                    

Oigo música al entrar al salón, ¿Estarán probando el sonido? Entro al lugar con Ace y veo a Darren en su forma de mujer, sobre el escenario, bailando con unos niños pequeños. Giro la vista, entonces visualizo a Seyn fumando, apoyado en una de las columnas, sin dejar de observar a su pareja. De un momento a otro, Ace le saca el cigarrillo a gran velocidad y se lo apaga, entonces el rubio se sobresalta.

—¡¿Y tú qué haces aquí?! —se queja.

El adivino sonríe.

—No se fuma donde hay una embarazada —aclara tranquilo y me acerco a donde están.

—Volviste —expresa Seyn viendo mi forma de mujer y luego sonríe —ya no me puedo burlar de ti, Elizo.

Ruedo los ojos.

—Qué insoportable —Giro mi vista a donde está bailando Darren y me cruzo de brazos —Ya te perdonó, veo.

Sonríe.

—Soy irresistible.

—No, solo suertudo —me burlo.

—Envidiosa.

—Estúpido.

—Oh —expresa Ace preocupado y apoya la mano en su mejilla —¿Nunca se llevarán bien?

"Tú cállate".

—Lo siento —contesta el adivino sonriente y me doy cuenta que las acaba de oír.

—Tú... —digo pero Darren justo se acerca y me callo —¿De quienes son los niños? —pregunto al verlos seguirlo —¿Y por qué bailas canciones infantiles?

Sonríe el restaurador.

—¿Y por qué no? Los niños vienen del orfanato de aquí a una cuadra, sentí su tristeza y los traje a jugar, es mi naturaleza.

—Estoy muy enamorado —Seyn suspira.

—Ay el amor —expresa Ace feliz, aunque luego deja de sonreír cuando algo le habla.

Es obvio, son las voces que tiene él, aunque no las había escuchado antes ¿Por qué? Observo mis marcas y luego a Darren ¿Será?

—Otra vez —expreso —no te sorprende que haya cambiado —Sonrío —eres de los que no hay.

Mueve su cabello.

—Soy la perfección —Me guiña el ojo —y si viniste, es porque buscas un consejo.

—Obvio, sí.

—Dejaré a los niños y luego hablamos —Alza el puño —¡Vamos tropa!

—¡¡Sí!! —gritan todos y lo siguen.

Seyn se va a fumar al patio y me quedo a solas otra vez con Ace, así que aprovecho la situación.

—Exijo que me digas ¿Qué planeas?

—No sé de qué hablas.

—Antes nos evitabas y ahora estás aquí, como si nada —explico.

—Creo que te has dado cuenta, el poder de las voces sigue creciendo, ya no les preocupa que descubran algunas cosas.

—¿Entonces vas a decirme cuándo voy a cambiar?

—Te lo diría, pero no me dejan.

—¿Qué te detiene? —me quejo.

—A diferencia de ti, yo no tengo el control completo de mi cuerpo, las voces que me manipulan utilizan otro tipo de magia, sino yo también cambiaría de sexo —Se ríe.

—Pero es distinto, ¿no? Me refiero que a esas otras personas que nos atacaron no tenían conciencia de lo que hacían.

—Porque son humanos, como el pequeño saltamontes, ya no está aquí —expresa triste.

Me sobresalto.

—¿Qué dices?

—Que Tarik... —Traga saliva y noto como un pequeño brillo en sus ojos le aparece, percibo que tiene la sensación de llorar. Hay tristeza en su mirada —se ha ido, y no sé si va a regresar —Se gira —. Discúlpame, tengo algo en el ojo, voy al baño, ahora vuelvo.

Quedo petrificada, ¿Tarik no está? Por eso Ace tachó su cara en la carta, ahora tiene sentido.

Crisálida #6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora