Nuevo día en el edificio Razieli. Nos han contado que Crash ha vuelto a su forma original, usando Darren su poder de restaurador, ya que el mitad fantasma no tiene a las voces dentro, ha sido fácil para él. Esa información la dió Ace la otra vez en el galpón. Así que decidí venir hasta donde lo tienen encerrado, mientras espero resultados de Aradia con el grimorio. Quizás al adivino se le ocurra decir algo y pueda recuperar mi cuerpo, pero sobre todo a mi bebé.
—No puedo ayudarte —declara tomándose su taza de sangre desde su confinamiento —yo estoy tan atrapado como tú.
—Debía intentar —le aclaro y me sonríe.
—Esa es una buena actitud, sigue así y llegarás alto —Hace una pausa y luego reacciona —¡Oh! Un dragón.
—¿Eh? —digo confundida mirándolo por la ventanilla.
—Habla se mí —Me giro encontrándome con la pelirroja.
—Xia —expreso al verla —¿No era que tú...
—¿Qué este me había despedido? —Se ríe —Pues sí, pero no se va a deshacer de mí tan fácilmente.
—¿Cómo están las curvas más bellas del cielo? —pregunta Ace.
—Así que... —Camina unos pasos mirando el encierro del adivino —¿Qué hizo esta vez?
—De hecho, las voces —le aclaro.
—Creo que ahora tiene más sentido la razón de que me echara del club —Hace una carcajada. Luego me mira —. A decir verdad, tu rostro me parece familiar.
Reacciono.
—¡Ah, perdón! Soy Eliza.
—¡No me la creo! —dice emocionada —¿Las mujeres también pueden? —Se señala —Yo también quiero.
Ace se ríe.
—Chica rebelde, eso no es por elección.
La pelirroja hace puchero.
—Que injusto —Luego sonríe y alza su dedo índice —pero no te preocupes, eso tiene solución.
—¡¿De verdad?! —expreso sorprendida.
—Soy un animal místico, claro que sí —Me guiña el ojo.
Ahora que lo pienso, y estas voces por qué se quedan calladas.
—Preferiría que no —digo desconfiando.
Ace sonríe.
—Buena elección.
