Sugar, el gato curioso

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Capítulo diecisiete: Sugar, el gato curioso.

Sí, debía de ser de él, pero aún así, no era para nada lo que esperaba. No esperaba un desorden, por supuesto, lo poco que conocía de Adler lo hacía ver como una persona ordenada y responsable, cosa que efectivamente y tal como lo pensaba se reflejaba en ese espacio dotado de amplitud. Pero de lo que ella había imaginado, solo había eso, la limpieza.

Efectivamente, era una habitación amplia y circular de paredes y techo color blanco, — exceptuando una cuarta parte de la pared, que fungía de ventana— con suelo color negro y como única fuente de luz, un candelabro pequeño que colgaba del techo, con lo que parecían velas pequeñas distribuidas por todo el objeto. El techo era muy alto y en forma de cúpula, haciendo que el centro, que era de donde colgaba en candelabro, fuera más alto que los bordes. Había una cama en el centro, pero no era como ninguna que hubiera visto. En vez de ser un colchón rectangular, era una forma circular con bordes irregulares lo que figuraba ahí entre sabanas negras y blancas. Ni siquiera parecía un colchón, pues se asemejaba más a un tumulto de toneladas de algodón unido y acomodado bajo aquellos trozos de seda. A Sugar de inmediato le entraron unas ansias de tirarse ahí y dormir, por lo cómodo que se veía.
Justo detrás de esta, como cabecera, había un mueble transparente de un material tan hermoso como el cristal pero con apariencia más resistente que el hierro. En el, había una serie de compartimientos; repisas, gabinetes con puertas y cajones, en los cuales había distintos objetos. Lámparas extrañas en donde había bolas de fuego nadando en una sustancia más densa que el agua, pero sin ningún parecido a otra cosa más gelatinosa. Había libros, bitácoras, extraños objetos, uno que otro cómic y una extrañas esferas pequeñitas de cristal con un gas peculiar de diferentes colores y trazos complejos de color dorado en la superficie de la esfera. Detrás de esa cabecera, es donde estaba el gran ventanal cuyo material era muy parecido al de el mueble.

Frente a dicha cama, había unas tres o cuatro repisas también retacadas de objetos extraños. Esferas de cristal de distintos tamaños, pergaminos viejos enrollados, frascos y toda clase de cosas que un viejo brujo de aquellos que tenían tiendas en los callejones de lunáticos envidiaría. A diferencia de aquellos, todo lo que había en esa repisa realmente parecía tener un propósito verídico. En un lugar específico de ese estante grande, había un reproductor antiguo de discos de vinilo, y para sorpresa de Sugar, eso fue lo más normal de la habitación.

Al lado derecho de la cama ubicada en el centro, pegado a la pared había un estante con más objetos extraños al lado de un escritorio lleno de hojas y libros, y sobre el se encontraba una especie de librero que recubría de forma literal todo el perímetro superior del círculo que conformaba a la habitación. Al ser el techo extremadamente alto, dicho librero empezaba arriba del metro ochenta y se extendía hasta el techo, recubriendo toda la circunferencia superior de la habitación. A un lado había una escalera con ruedas que, Sugar supuso, era para alcanzar aquellos libros que ni siquiera Adler, con su altura de jirafa, podía alcanzar.

Al otro lado, pegada a la pared de la izquierda y a un lado de la puerta se encontraba una larga hilera de archiveros pintados de diferentes colores, ningún color se repetía , más bien variaban en tonos y matices y en ellos había dibujos y figuras que parecían salidos de los libros de cómics de su amigo. En la pared de la derecha, a un lado del escritorio y el pequeño estante con más instrumentos extraños, había dos puertas.

La habitación era increíble, redonda, luminosa y espaciosa, y aún así, no podía creer que fuera la de él. Se había imaginado un cuarto pequeño, con paredes azules y rojas, llena de pósteres de superhéroes y estantes con figuras de acción de colección, de aquellas que tenía el hermano de Jaden en su propia habitación. También se imaginaba una televisión gigante rodeada de consolas de videojuegos y reproductores blue-ray.

El Imperio caído de SugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora