Noche agridulce parte dos.
Capitulo treinta y dos: Fiesta, reflexión y sorpresas.
Segel ya iba ambientada para bailar y tomar incluso antes de llegar a la fiesta. Bailaba en el auto mientras Sonya iba manejando, más seria de lo que se esperaría de ella, y en especial en una fiesta un sábado por la noche. Había rock pesado escapándose de las ventanas a un volumen bajo, y la casa estaba casi vacía. Era muy temprano, y Sonya se sintió estúpida por haber insistido en llegar a esa hora. Siempre llegaba temprano a las fiestas, porque le enfermaba llegar ya cuando la música estaba casi rompiendo los cristales, cuando el jardín estaba lleno de basura y el olor de marihuana impregnaba todo. Pero en ese momento, era tan temprano que apenas se estaban encendiendo las luces color neón del interior de la casa.
A Sonya le gustaban toda clase de fiestas, desde las tranquilas en una casa con pocas personas y juegos de mesa hasta esas locas con un ambiente de antro, mucho alcohol y muchos desconocidos, pero solía elegir la temática de acuerdo a sus intereses del momento. Su buscaba convivir y divertirse, prefería ir a reuniones intimas y a veces más divertidas, pero cuando buscaba desestresarse, alocarse, encontrar a alguien para un acostón y conocer personas con nuevas para salir, podría aceptar esa clase de fiestas descontroladas. No era una santa, y lo sabía. Trataba de siempre ser amable con todos, de no juzgar, de ser buena en su escuela, en el baile y en su casa, pero era estresante serlo en todos lados y aunque le gustaba, encontraba refugio en las fiestas y el descontrol para lidiar con todo sin sentirse abrumada. Casi siempre andaba de humor para fiestas, pero sorprendentemente, ese día no.
Desde la oleada de cambios de Segel, Sonya prefería estar con ella de forma tranquila que en otros lugares conociendo chicos. Había cambiado y aunque a primera vista parecía negativo el cambio, la verdad era que esa nueva actitud le gustaba y creaba una conexión que era diferente a todo lo demás. Y lo notaba porque esa era la primera vez que iba a una fiesta más por otra persona que por ella.
—Es demasiado temprano—se quejó Segel con un puchero, mientras la seguía a través de la improvisada pista de baile que se encontraba desierta.
La ausencia de gente le permitió a ambas chicas observar bien el panorama, y Sonya reconoció que las gemelas eran maravillosas haciendo fiestas. Había luces de colores girando en gobos por todo el lugar. las luces color neón resaltaban con algunas partes pintadas de forma estratégica en la pared y techo con pintura fluorescente, había listones, humo, una pista de baile iluminada y las luces en el candelabro eran de colores, iluminando todo el salón que, a pesar de ser muy amplio, sabía que al momento de la fiesta no alcanzaría y se abarrotaría, tanto de personas como de humo y droga.
Lo único que desentonaba con el ambiente creado era la música. Una canción de rock resonaba por las bocinas, que se encontraban enfiladas en el espacio que quedaba entre las escaleras de caracol de la casa de las gemelas. Frente a esas bocinas, estaba una gran consola de sonido, y ahí estaba Janik y Naley discutiendo con Greg, su hermano, quien seleccionaba la lista de reproducción mientras sus hermanas lo miraban mal. Detrás de ellos, estaban un grupo de chicos que murmuraban algo confuso.
A Sonya le agradaba Greg: lo había visto un par de veces y en esas ocasiones siempre había conversaciones agradables e interesantes, combinado con algo de coqueteo suave, pero por alguna razón no se sentía con ganas de socializar y soportar los dramas familiares de ellos por ser tan diferentes.
—Sí, supongo que es muy temprano—susurró Sonya y colocó su mano en la espalda de Segel—. Vamos al jardín un rato; estas luces me marean cuando las veo mucho.
—¿Y cómo las soportas durante la fiesta?
—No les pongo mucha atención una vez que estoy ambientada. Pero todavía no hay nada en lo que me pueda ambientar, así que no quisiera soportarlas mucho.
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El Imperio caído de Sugar
Fantasy"Cuando la armadura vacía es destrozada, el imperio cae" Una estrella agoniza si la alejas de su cielo. Un brillo se apaga si robas la dicha de su origen. Un alma se muere cuando su espíritu se fuga. La oscuridad crece en lugares donde hay luz, pe...