Una noche agridulce parte tres

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Noche agridulce parte tres.

Capitulo treinta y tres: impulsos nocturnos.

—¡Greg!—gritaba la chica con voz nasal, como si tuviera un broche en su nariz—. ¿Por qué haces eso? Le arruinas la fiesta a tus invitados.

—¿Míos?—dijo él sarcástico y en voz alta. Al verlos, los presentes no pudieron evitar sentir la tensión familiar.

Estaban en la plataforma detrás de la consola de sonido, y Greg seleccionaba canciones con una mano mientras sostenía la cabeza de una loca Janik, quien corría moviendo los brazos mientras trataba de volver a poner las canciones anteriores. Se notaban molestos, mientras Naley observaba a unos metros con sus ojos brillosos e indecisos.

Todos ladearon la cabeza. Ahora que lo pensaba, no muchas personas de esa fiesta siquiera conocían a Greg, y ninguno parecía ser de la clase de persona que se amistaría con Greg de forma rápida.

Sonya suspiró, y Segel a su lado, arrugando su nariz, resopló.

—Bueno, yo voy a la cocina por más alcohol—dijo ella sin inmutarse por nada—. ¿Vienes?

—Suena tentador—dijo sin mucho ánimo—, pero mejor iré a controlarlos ahí antes de que ocurra un desastre.

—Tú siempre tan altruista—dijo con un puchero acariciando su mejilla. Se quedó callada un rato y encoge sus hombros—. Nueno, nos vemos en la pista—le sonrió Segel, guiñó un ojo y antes de poder quedarse mirándola por más tiempo, alguien gritó "ronda de shots", y eso la hizo correr hacia allá. Sonya rio suavemente y se dirigió a donde estaban las gemelas y su hermano. Estaba dispuesta a aclarar su mente de lo que acababa de pasar.

Ya estaban discutiendo, mientras el glamm rock que había puesto Greg subía de volumen para no escuchar tanto los gritos de su hermana. Pero solo conseguía hacer que Janik gritara más alto. Sonya se acercó a ellos de la forma más serena posible, se paró detrás de Greg y preparó su mejor sonrisa.

—Te entiendo, yo también quisiera hacer eso—comentó lo suficientemente claro como para ser notada. Greg la miró, sonrió cordialmente y le bajó el volumen. La morena tomó eso como invitación para seguir hablando—, pero lamentablemente al hacerlo solo la retas a querer romper el candelabro con su voz de cantante de ópera gorda salida de película de comedia.

—Me parece una falta de respeto que compares a mi hermana con esas mujeres, Sonya. Ellas tienen mucho talento.

Janik lo miró ofendida.

—¿Dsculpa? Que tú no logres apreciar mi talento no significa que no lo tenga. Aunque tampoco yo quiero ser comparada con esto. Qué asco estar gorda.

—Más "asco"—imita su tono— da tu personalidad—dijo Greg con molestia blanqueando sus ojos. Janik picó sus costillas y aprovechó su distracción para cambiar la canción. Él gruñó—. Jan, estoy a punto de vender toda tu colección de lencería a una Drag Queen escuálida. ¿Puedes dejar de meterte en mi vida?

—¿Así me agradeces el haberte hecho una fiesta?

—Esto no es para mí y lo sabes—dijo él comenzando a alzar la voz. Sonya se paró entre ambos y alzó la palma abierta.

—¿Podrían explicarme qué pasa aquí? Gritando y haciendo escándalo no ganan nada—interrumpió mirándolos con seriedad.

—Pasa que Gregory aquí presente es un malagradecido. Dijo que haría algo con sus amigos por su cumpleaños y me ofrecí a ayudarle. Le hice una fiesta hiper mega genial y ahora quiere arruinarlo.

—¿Si es su fiesta por qué no le dejas poner la música que quiere?—preguntó Sonya, alejándose un poco. Sabía que ambos tenían que hablar bien y seriamente, y su presencia casi siempre impulsaba la honestidad, por más hipócrita que le pareciera a ella.

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⏰ Última actualización: May 02, 2020 ⏰

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