Capítulo veintitrés: tensión, trabajo y malas actitudes.
Ese mismo día, en la tarde, Sugar tenía que acudir a su primer día de trabajo en willow's designe, la que había sido su tienda favorita en la realidad anterior. Se le hacía una eternidad el tiempo que había pasado, pero en ella había cosas que no habían sido alteradas. Seguía repudiando el trabajo y seguía abriendo sus ojos maravillada al ver toda la magia que creaban en ese lugar. No sabía con exactitud qué sentimiento era más fuerte; si su odio por el trabajo o su amor por la tienda. Tal vez era la mezcla de ambos, y eso explicaría la maraña de sensaciones agridulces que se aglomeraban en la boca de su estómago.
Sin duda no quería trabajar, pero si tenía que hacerlo, por Osiris y por aquel nuevo proyecto de desarrollo de humildad y empatía que había inaugurado, aquella tienda era el lugar perfecto para realizar el cambio. En cuanto llegó, se dedicó a pasar aquellos minutos que había llegado antes tocando las telas y deleitando sus pupilas por los magníficos diseños que, en vitrinas, maniquíes y ganchos, le daban la bienvenida, incitándola a llamar a palabra firme a una dependienta y pedir el ejemplar de su talla. Le tomó unos segundos notar que esa vez, la dependienta sería ella.
—¿Por qué la mueca?—inquirió Adler detrás de ella, siguiéndola como si fuera su propia sombra. Por más que sintiera que debería, no podía dejar sola a Sugar cuando se disponía a hacer algo nuevo; le asustaban los posibles resultados. La experiencia le decía que nada bueno salía cuando Sugar estaba sola en un nuevo entorno, y aunque estaba consciente de que la rubia era más que capaz de cuidarse por sí sola, gran parte del él se sentía obligado a estar ahí para ella, no para intervenir, sino para apoyarla cuando su mirada desolada le dijera que necesitaba un respaldo. Él estaba dispuesto a ser su soporte todo el tiempo que ella necesitara.
—No estoy acostumbrada a venir aquí sin pretender comprar al menos cinco bolsas grandes de nuevos conjuntos.
—¿Y eso es malo?
—No es malo, solo... extraño. Hay muchas cosas que aún no domino, los viejos hábitos difícilmente mueren. No quiero arruinarlo—musitó ella nerviosa, jugando con sus manos sobre su regazo. Se distraía mirando las diferentes telas de colores y texturas, e imaginando las sensaciones que le producirían. Si había algo que le gustaba casi tanto como el baile, era la moda. Realmente lo consideraba un arte, una forma de hablar sin decir una palabra.
—Todo estará bien, estoy seguro—La animó Adler, lustrando su mejor sonrisa de paz—. No lo arruinarás. Y si lo haces, no te preocupes. Nada le pasará a Osy, yo te ayudaré.
—Es que no solo es Osy. Esta tienda es especial para mí, y no quiero que algún error mío, por mínimo que sea, la perjudique. Digo, si hago algo mal, todos dirán "mira, la tonta niña mimada que contrataron en Willows arruinó todo. ¿Cómo pueden contratar gente así? Ya no voy a ir"
—¿Y eso importa?
—¡Claro que importa!—exclamó alterada—. Si eso pasa, la persona que lo diga ya no vendrá, y no solo eso, también le dirá a sus amigas que ya no vengan, y esas amigas se lo dirán a sus amigas, quienes me verán cagarla, le creerán y dejarán de comprar aquí. Entonces, los ingresos bajarán, recortarán personal o bajarán sueldos y las personas que realmente lo necesitan saldrán perjudicadas por mi culpa, y todos me odiarán y tendrán buenas razones para hacerlo porque por culpa mía y de mi holgazanería perderán sus trabajos.
—No creo que... —trató de argumentar él, pero Sugar continuó su monólogo hablando aún más rápido, sin dejarlo hablar.
—Y le dirán a todos y ahora sí nadie me va a contratar. Osy morirá porque no le daré los cuidados y alimentación adecuada y luego tú te enojarás conmigo por matarlo y le dirás a todos, todos me llamarán la arruina empleos que mata gatos, se alejarán para siempre de mí y viviré en las calles ya que mi mamá no soporta que la sociedad la rechace y me correrá de la casa, de modo que tendré que irme a vivir bajo un puente. Pero eso se verá mal para la publicidad de este pulcro pueblo y el alcalde me va a expulsar y viajaré en aventones por todo el país hasta unirme a una secta hippie nómada y...
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El Imperio caído de Sugar
Fantasy"Cuando la armadura vacía es destrozada, el imperio cae" Una estrella agoniza si la alejas de su cielo. Un brillo se apaga si robas la dicha de su origen. Un alma se muere cuando su espíritu se fuga. La oscuridad crece en lugares donde hay luz, pe...