Amor...LOCO amor

Capítulo 29

Capítulo 29

Las semanas que siguieron al parto transcurrieron con alegría y rapidez. El pequeño Itachi era mimado por todas las mujeres de la familia, incluso Tsunade fue incapaz de rendirse a los encantos de su nieto. El pequeño apartamento que Naori y Madara rentaron para la nueva familia era acogedor y luminoso, Mikoto pasaba el día en casa de su abuela o suegra mientras éstas no se dedicaban a otra cosa que mimar al rollizo bebé de piel pálida y cabello negro.

-Tu hijo es muy hermoso Mikoto, estoy tan feliz por ti que podría bailar en medio de la calle en éste mismo momento-exclamó Kushina.

-Lo sé, yo también lo haría si pudiera, éstas últimas semanas me han parecido un sueño.

-Te mereces ésto y mucho más. A propósito ¿Cómo van los preparativos de la boda?

-Ya tenemos casi todo preparado, sólo me falta la última prueba del vestido de novia.

-Creí que te casarías al día siguiente de parir pero veo que han soportado muy bien la espera.

-Fugaku y yo creímos que sería mejor así para que yo pudiera tener tiempo de recuperarme físicamente.

-Estoy de acuerdo debes verte bella en tu boda, además ahora que lo pienso para ese momento ya habrán pasado los cuarenta días que debes esperar para "ya sabes qué", sería muy triste casarte y no poder tener una noche de bodas como se debe-dijo Kushina entre risitas.

-No cambiarás jamás-acepto Mikoto con resignación.

La puerta de entrada se abrió para dar paso a Fugaku que llegaba del trabajo, su semblante estaba luminoso como cada día desde que se reencontrara con Mikoto.

-Hola Kushina, ¿Cómo están tú y Minato?-preguntó mientras dejaba su gorra y arma de reglamento en un pequeño armario al lado de la entrada.

-Estamos bien y más que felices por ustedes dos. Hablando de él debo irme, quedamos de encontrarnos a la salida de su trabajo para hacer algunas compras, adiós pequeño príncipe-Kushina depositó un cariñoso beso en la frente de su sobrino-nos vemos el viernes en el gran evento chicos.

Kushina tomó su bolso y se despidió con un saludo de la mano. Fugaku se acercó a Mikoto y la abrazó con dulzura.

-Hola-saludó en voz baja.

-Hola señor policía, ¿cómo estuvo tu día?

-Genial como siempre desde que volviste ¿Y tú?

-Lo mismo-afirmó la chica.

-¿Cómo está mi pequeño campeón?

-Acaba de comer y ya está durmiendo su siesta. Hoy no paró de llorar en todo el día, creo que tendrá un carácter difícil cuando crezca-Mikoto entrecerró los ojos mordaz-igualito a su padre.

-En mi defensa diré que no soy el único con mal carácter, no fui yo quien golpeó en el rostro a la persona que la salvó de un borracho en un callejón oscuro-Fugaku sonrió con cara de "Jaque Mate" recordando la noche en que la ayudó cuando un desconocido la arrinconó en la noche.

-Tal vez no recuerdes que ese "héroe" me besó sin pedir permiso.

-El mejor beso robado de la historia-afirmó Fugaku abrazando con más fuerza a Mikoto-¿Puedo robarte otro?

-Ya no es necesario, ahora te los daré por el resto de la vida-aseguró Mikoto, con cariño abrazó a ese hombre loco y lo besó con ternura.

-No puedo esperar a que llegue el viernes, ya quiero que seas mi esposa de una vez por todas para que nadie pueda volver a interponerse en nuestras vidas.