Mikoto no supo si estaba despierta o soñando, había visto esa escena en su mente muchas veces en el transcurso de los últimos días pero siempre se despertaba en mitad de la noche sabiendo que era algo imposible y de pronto se encontró allí, sentada frente al chico que le había robado el corazón escuchando una declaración de amor.
Fugaku la miró unos instantes sin rastro de broma en la mirada, esos ojos negros que un momento antes le habían parecido peligrosos a Mikoto ahora lucían luminosos y llenos de intensidad.
—No logro entender lo que me está pasando, me he dicho mil veces a mí mismo que lo que siento por ti está mal porque eres más pequeña que yo pero no puedo evitarlo, estás en mi mente a cada segundo del día, sé que es atrevido de mi parte preguntarte si tú sientes algo por mí así que no lo haré, me conformaré con que seamos amigos.
Los ojos de Fugaku se apagaron de repente, todo había salido al revés, la idea original sí había sido preguntarle a Mikoto sobre sus sentimientos y pedirle una respuesta pero al verla allí frente a él tan inocente no tuvo el valor, se conformaría con que ella supiera de sus sentimientos y listo...trataría de seguir con su vida ¿Cómo había sido posible que se hubiera enamorado tan desesperadamente de una chica que no conocía? No tenía la respuesta a eso, lo único que sabía era que ella se había transformado en algo tan necesario para él como el aire que respiraba.
Mikoto lo miró fijamente sin rastro de malestar en el semblante, sus ojos brillaban como dos luceros y las mejillas poco a poco volvieron a tomar color, una sonrisa imperceptible se formó en su rostro y bajó la mirada al susurrar.
—Tú también me gustas...
El tiempo pareció detenerse en ese preciso momento y las palabras de Mikoto quedaron flotando en el aire. La chica volvió a levantar la vista y las miradas de ambos se conectaron, no había necesidad de hablar, Fugaku creyó que el corazón le explotaría de felicidad, si moría en ese mismo instante entonces lo haría feliz, una sonrisa de lado se formó en su rostro y le extendió la mano formulando la pregunta:
—¿Quieres dar un paseo?
—Sí.
Mikoto tomó la mano que se extendía ante ella para ayudarla a ponerse de pie y al tratar de soltarse Fugaku se lo impidió y le sonrió, ella lo miró con las mejillas a punto de incendiarse pero no dijo nada, después de todo eso era lo que había estado soñando hasta ese momento, caminar de la mano con ese chico maravilloso.
Comenzaron a pasear entre la hierba mientras Mikoto recolectaba flores para su abuela con la mano libre y las guardaba en el bolsillo de su vestido, Fugaku comenzó a hablar.
—Todavía no puedo creer que no te hayas asustado de mí—sonrió el chico con incredulidad.
—En realidad sí me asustaste la primera vez que te vi, actuaste como un bruto al regañarme por estar sentada cerca de donde ustedes jugaban.
Ambos comenzaron a reír al recordar la penosa escena.
—Creo que no pudiste describirlo mejor porque en realidad soy un bruto, mi madre me lo dice todo el tiempo porque siempre actúo sin pensar pero cuando estoy contigo me siento...no sé, más en calma conmigo mismo, debe ser porque tal vez tú seas más madura que yo—Reflexionó Fugaku causando que Mikoto volviera a reír.
—Pero ya no me pareces un bruto, eres diferente cuando no estás con tus amigos.
—Tal vez sea que sin darme cuenta termine adoptando la forma de ser de las personas que me rodean, tú me calmas Mikoto no sé cómo lo logras,¿cómo sigue tu herida?
—Está mejor, ya casi no duele—Mikoto se levantó el flequillo para mostrarle la frente.
—Otra vez lo siento—susurró apenado, la chica lo miró sin pronunciar palabra y sonrió sin rastros de enojo.
—No te preocupes—Mikoto observó su reloj de pulsera y agregó—debo volver a la casa o me regañarán.
—Así que tu abuela sabe que nos conocemos.
—Sí y me pidió que me acompañaras porque quería saludarte.
Fugaku tragó saliva, en el fondo esa mujer lo intimidaba un poco, estaba tan loca como su propia madre pero no tenía otra opción, si ella ya sabía que Mikoto y él eran "amigos" no podría escapar de ella y Fugaku Uchiha no se asustaba ante nada, la decisión estaba tomada.
Caminaron nuevamente al sitio en donde habían dejado sus cosas y comenzaron a recogerlas, Mikoto intentó llevar la canasta pero Fugaku no se lo permitió, la tomó el mismo y sin decir palabra extendió la mano libre para que Mikoto volviera a tomarla, ésta se sonrojó al instante pero se acercó e hizo lo que Fugaku le pedía, en el fondo nada le daba más alegría que caminar tomada de la mano con él.
—En la tapa del diario que te regalé te escribí una pregunta ¿recuerdas cuál era?—la interrogó fugaku, sabía que con lo que haría a continuación se jugaba el todo por el todo pero no le importó, ya que había comenzado iría hasta el final.
—Sí, la pregunta era si yo quería ser tu amiga.
—Es verdad, pero me gustaría corregir esa pregunta y hacer una nueva... Mikoto, ¿Quisieras ser mi novia?
Fugaku se quedó observando la cara totalmente sorprendida de la chica y la inocencia que asomaba en sus ojos, se maldijo a sí mismo por haber ido tan rápido, ¿por qué no lograba ser como Minato que siempre tomaba las decisiones correctas? Ya había obtenido más de lo que jamás habría esperado al hacer que Mikoto también se confesara pero ahora su maldita bocota le pedía noviazgo...a punto de retractarse y pedirle perdón por ser un imbécil ésta lo interrumpió diciendo:
—Sí...
Creyó que estaba soñando, todavía no entendía por qué se sentía tan feliz al lado de alguien que apenas comenzaría la secundaria, no entendía por qué alguien como él que podría salir con la chica más bonita y exuberante de la escuela había elegido a la que era prácticamente una niña pero no lo razonó demasiado, había algo en ella que lo atraía constantemente y lo hacía sentir en paz.
La inocencia dejó los ojos de Mikoto para dar paso a la firmeza pero agregó:
—Aunque no sé si mi abuela lo permitirá.
—Entonces que no lo sepa...—Los ojos de Fugaku se tornaron desafiantes y una sonrisa invadió su rostro.
—Está bien pero...—Mikoto dudó y no pudo continuar con la pregunta, estaba a punto de confesar su miedo más privado.
—¿Pero qué?—Fugaku comenzó a temer que algo arruinara su momento de completa felicidad.
—Es que yo me iré en poco menos de un mes y volveré a mi casa en Tokio ¿qué pasará entonces?
El rostro de Fugaku se ensombreció, por un momento había llegado a olvidar que ella se iría y nuevamente la preocupación se hizo presente.
—No sé qué haremos en ese momento pero supongo que lo resolveremos de algún modo, ¿prometes que no te olvidarás de mí?
—Jamás podría hacerlo—respondió Mikoto con decisión.
—Ahí tienes la solución, si ninguno de los dos se olvida del otro entonces las distancias no importarán—Fugaku sujetó la mano de Mikoto con firmeza para infundirle ánimos aunque en el fondo él tenía tanto miedo como ella. ¿Realmente serían capaces de mantener esa promesa?
Bueno amigos espero que les haya gustado, no olviden su voto y comentario :D que son muy importantes y especiales para mí. Como éste capítulo es algo corto creo que les subiré uno más por hoy así que vamos a ello!!!!!
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Amor...LOCO amor
Fanfic¿Qué harías si tuvieras 12 años y el chico más atractivo del mundo y que es tres años mayor se interesa por ti? Es lo que Mikoto se preguntó al conocer a Fugaku Uchiha en el verano de 1974, un verano que marcó su vida...para mal, porque ese chico ma...