Amor...LOCO amor

Capítulo 25

—Mikoto apúrate o se nos hará tarde—exclamó Satoru desde la puerta de entrada.

—¡En seguida voy!—gritó la chica desde el dormitorio mientras se colocaba el abrigo, con alegría se acarició el vientre y le susurró a su hijo—Hoy sabré si serás niño o niña, por favor pórtate bien y deja que el doctor te vea ¿sí?

Con rapidez se unió a Satoru y comenzaron a caminar hacia el hospital, una vez allí la enfermera la pesó y le midió el vientre.

—Todo está normal, en un momento los atenderá el doctor.

Los minutos se hicieron eternos mientras esperaban su turno para el ultrasonido, por fin vería al bebé aunque a pesar de su felicidad siempre había una pequeña nube gris, Fugaku no estaba ahí para compartir ese momento con ella, realmente apreciaba a Satoru pero no era lo mismo.

—¿En qué piensas?—preguntó Satoru.

—En nada...

—No tenías cara de "nada"—Satoru frunció levemente el ceño.

—Prefiero no hablar de ello, no quiero arruinar un día tan especial.

Satoru supo al instante que Mikoto estaba pensando en ése hombre, suspiró imperceptiblemente pero trató de lucir alegre.

—Bien, si no quieres hablar entonces cambiemos de tema. ¿Ya pensaste qué nombre elegirás para el bebé?

—No estoy segura—Mikoto miró hacia la nada concentrada de pronto en sus pensamientos— no he pensado mucho en eso.

—¿Qué te parece Itachi si llega a ser niño?

—¿Itachi?...—Mikoto lo pensó con atención—es bonito.

—Era el nombre de mi abuelo, un gran hombre por cierto, peleó en la segunda guerra mundial.

—Si es niño será Itachi y si es niña quiero que se llame Mito—agregó Mikoto con firmeza.

—Está decidido, hoy es el gran día, sea cual sea lo amaremos por igual—aseguró Satoru con una sonrisa.

Mikoto tomó la mano de su prometido, era tibia y le hacía sentirse segura pero...

—Mikoto Senju...

Anunció la enfermera y ésta de un salto se puso de pie.

—Cálmese señora o podría sufrir un accidente

—Lo siento—se disculpó Mikoto, los nervios la tenían muy ansiosa.

El doctor los hizo pasar y le indicó a Mikoto que se acostara en la camilla, ésta obedeció en silencio y se descubrió el vientre. El gel frío que había en la punta del aparato de ultrasonido le hizo dar un pequeño salto.

—Tranquila, en seguida veremos a su bebé—le aseguró el doctor.

Con una calma exasperante el médico comenzó a hacer las primeras mediciones en la pantalla de ultrasonido y las anotaba en un formulario, Mikoto no soportaba las ganas de pedir que le dijera ya el sexo de su bebé, Satoru dándose cuenta le sujetó la mano y le sonrió para tranquilizarla.

—¿Qué nombres pensaron para el niño?—preguntó el doctor con una sonrisa en los labios.

—¿niño?—los ojos de Mikoto se humedecieron al instante por la emoción—¿quiere decir que voy a tener un varón?

—Eso parece señora. Felicidades.

—Itachi, se llamará Irachi—aseguró Mikoto con lágrimas cayendo por su rostro y una sonrisa que le dividía el rostro en dos.