Capítulo 27

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—Abuela me voy a dormir, estoy exhausta.

—Ve mi niña, trata de descansar.

Mikoto subió el primer escalón rumbo a su habitación cuando un golpe se oyó en la puerta, ambas mujeres se miraron extrañadas.

—¿Quién podrá ser a ésta hora?, son más de las diez.

Los golpes volvieron a oírse con insistencia.

—Espera abuela, ¿Y si es él?

Mito no necesitó detalles para saber que su nieta se refería a Fugaku.

—Es imposible no sabe que estás aquí pero ve a tu habitación por las dudas, no queremos que él o alguien más te vea.

Mikoto subió y cerró la puerta con llave, si resultara ser Fugaku sabía que él podría meterse en la casa como un tornado y subir las escaleras en menos de dos segundos.

Mito esperó hasta estar segura de que su nieta estaba salvo y abrió la puerta de entrada con lentitud temiendo lo peor. Su desconcierto creció al ver frente a ella a Naori.

—Perdóneme por aparecer en su casa sin avisar pero es algo muy grave lo que me trae aquí a estas horas.

—Adelante pasa por favor.

Mito condujo a Naori hasta la sala y la invitó a sentarse en el sofá.

—¿Qué sucede? Me estás asustando.

—Vine porque mi hijo sospecha que Mikoto está de nuevo en la ciudad.

El rostro de Mito se endureció y tardó en responder.

—Ella no está aquí.

—Señora Mito por favor, le pido por lo más sagrado que me diga la verdad, muchas cosas dependen de esto. Mi hijo escuchó hoy a dos mujeres conversando frente a la escuela, hablaban de Mikoto y una de ellas le dijo a la otra que vio a su nieta de una forma que Fugaku no escuchó pero hizo que la otra mujer se consternara, él no pudo descubrir de qué se trataba pero teme que algo malo le haya pasado a su nieta y está muy preocupado.

—Lo siento pero esa persona debió confundirse, ella no ha vuelto a la ciudad.

—Mito usted sabe que yo la quiero como a mi propia madre y fue una gran maestra para mí en la escuela, por eso conozco las expresiones de su rostro y algo me dice que no me está diciendo toda la verdad.

—No sé qué creas ver en mi pero...

—Rinko mintió...

—¿Qué?—preguntó Mito cada vez más confundida—¿De qué estás hablando, quién es Rinko?

—Es la novia de Fugaku, la que espera un hijo de él.

—No veo qué tiene que ver mi nieta en todo esto, cada vez entiendo menos de lo que me hablas.

Naori intentaba hablar pero las ideas se agolpaban en su mente, quería soltar todo de una vez pero Mito era anciana y no quería causarle algún sobresalto que afectara su salud.

—Verá...la cuestión es que esa chica dijo que estaba embarazada de Fugaku pero hoy la descubrí, ella...ella fingió Mito, ¿no lo entiende? ¡No hay bebé!, ¡Fugaku es libre para poder hacer su vida con Mikoto!—exclamó Naori mientras Mito se tapaba la boca con las manos sin poder creer, ¿era posible un milagro tan grande?

—¿Y cómo estás tan segura?

—Porque desde hace meses presentí que algo no andaba bien con esa chica, algunos detalles no encajaban en la historia y poco a poco fui atando cabos pero necesitaba pruebas, así que ésta noche fingí un accidente y derramé té sobre su ropa, cuando entró al baño para secarse abrí la puerta y vi que llevaba un vientre falso.

Amor...LOCO amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora