-¿Te crees tan valiente?-frunció el ceño y se alejo un poco mostrando calma. Solo guarde silencio-, bueno te propongo algo...-Típico de Gastón, todo lo quiere manipular-. Si tú ganas este partido, tendré que hacer reír a la chica más arrogante del I...
De tanto buscarla no la pude encontrar me imaginaba que ya se había ido así que me senté en el bar a tomarme una cerveza mientras me calmaba un poco.
—Te rindes muy fácil, ¿no?—me susurro al oído y sonreí al voltearme.
—Pensé que te habías ido—se sentó a mi lado asintiendo.
—Lo iba a hacer, pero no me dejaron—la mire extrañado.
—¿Quién no te dejo?
—Un chico que se llama Kevin, me imagino y es el dueño de está fiesta—en ese momento Kevin aparece a mi lado.
—Pensé que no se tenía que ir antes de que jugaran.
—¿Jugar?—sonreí.
—Si vengan conmigo.
Lo seguimos hasta una mesa donde habían más chicos y chicas sentadas al rededor de ella, y una botella en la mesa.
—¿Qué se supone? ¿La botellita?—los dos reímos.
—Algo así. 20 minutos. La botella se gira y a la pareja que toque debe entrar al armario y bueno ustedes ya saben que pasa después—la mire sorprendido por unos segundos, y ella hizo lo mismo.
—Va de seguro es una broma, tampoco creo que para tanto—Kevin me miro molesto.
—Es real, y ahora les toca jugar ustedes—nos empujo a los dos a la mesa y como estúpidos nos sentamos, uno en frente del otro.
—Bien, ¿a quién le toca girar la botella?—dijo la chica que estaba al lado de ella. Nadie respondió, y ella opto por elegir—Bien, Leo, creo que te toca a ti—el chico se quejo pero al final lo hizo. Y para mi mala suerte... Si nos toco a los dos, yo la mire a ella, y a ella solo le brillaban los ojos—¿Qué esperan? Entren—los dos nos levantamos y entramos al armario.
—¿Cuanto tiempo es?—Le pregunte a la chica.
—Es solo 30 minutos—vi como ella abría los ojos.
—No es mucho—su voz temblaba.
—Controla a tú chica—dijo y nos cerro la puerta en la cara.
—¿Y me dirás cómo te llamas?—me acerque más a ella, vi como se puso un poco nerviosa pero también se acerco a mi.
—Eso te lo diré cuando ya salgamos de este armario—susurro y pude sentir su respiración chocar con la mía. La tome de la cintura y la bese, nos dejamos llevar por unos minutos besándonos, nunca había probado algo así, admito que me emocione y me motive a algo que de verdad podía hacer para mi, por fin pude olvidarme por un momento de Isabell, estoy seguro que si esta chica me acepta no tendré ningún problema en casarme con ella. Mientras le besaba por el cuello me susurro algo al oído que me dejo pensando—Gracias por defenderme hoy en la tarde—¿En la tarde? si a ella nunca la vi en la tarde.
** Media hora después **
Por fin salimos y me sentí en el cielo. La fiesta seguía y los mismos chicos estaban sentados en el mismo lugar.
—Por fin salieron—contuvo las risas.
—No molestes ahora—gruñí.
—Ya es tarde me tengo que ir.
—Te acompaño.
—No, de verdad no es necesario...—la interrumpo.
—Si lo es—la tome da la mano y salimos de la fiesta, todo estaba oscuro y peligroso—¿Me darás tú número?
—Primero era el nombre y ahora el número, que insistencia tienes, o mueres por conocerme mejor.
—Las dos cosas, y gracias por recordarmelo, me dirías tú nombre al final de todo lo que paso.
—Bien te diré—Le sonreí—Valentina. Me llamo Valentina...
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