-¿Te crees tan valiente?-frunció el ceño y se alejo un poco mostrando calma. Solo guarde silencio-, bueno te propongo algo...-Típico de Gastón, todo lo quiere manipular-. Si tú ganas este partido, tendré que hacer reír a la chica más arrogante del I...
—Gracias. Sin ofender, pero ¿te puedo preguntar otra cosa?—asentí—, ¿Qué ocurre con la Chica Arrogante?
—¿Tú también la conoces de esa forma?
—Si, ¿Quién la conoce por otro nombre que no sea ese?—reí—, Pero no me cambies el tema, ¿que sucede con ella?
—Intento hacer algo que nadie a intentado hacer—hice mi voz dramática—. Hacerla sonreír.
—¿En serio intentas hacer eso?—asentí—Pero veo que no te está funcionando, tiene el ceño más fruncido a como lo tenía antes. Y te ve como quisiera matarte—él ríe.
—Créeme, funcionara.
—Dylan, necesito hablar contigo un momento. - Gire sorprendido. Isabell se poso a nuestro lado
—¿Sabes mi nombre?
—¡Vamos ya!
—Bien, bien, ya calma—me levante sonriendo y nos alejamos un poco—, Pensé que querías tu espacio.
—¿Que haces con ese chico?—amplié mi sonrisa.
—Sabía que estarías enamorada de mi, pero no tanto como para celarme con un chico—gruñe cerrando los ojos con fuerza, mientras yo río.
—No lo conoces, Yo si, es un mal tío—quite mi sonrisa, pero la volví a poner con desconfianza.
—De que hablas, vamos Pequeña Arrogante, no te preocupes, si me lo pides soy solo para ti, ni si quiera soy gay—le dije lo más cómico posible.
—Ya para de decirme Pequeña Arrogante. Primero: No soy pequeña, segundo: No soy arrogante, solo que las personas no ven el otro lado de Isabell.
—Si claro, si no ser pequeña es medir menos de 1.60, no lo eres. Además, ¿qué quieres decir con que las personas no ven tú otro lado?
—Nada. Solo, aléjate de Alex—la detuve.
—¿Es en serio lo que dices?
—Dylan por favor, no dejes que te haga daño—Se soltó y se fue a su asiento. La seguí y me senté a su lado.
—¿Por qué te preocupas tanto por mi?—rueda los ojos.
—No me hagas caso, y verás que te hará daño, con lo más preciado que tengas—suspire, y mira al piso.
—Te hizo daño a ti, ¿no es cierto?—me miro.
—Jugo con lo más preciado que tenía—susurro.
—¿Qué fue?—gire hacía ella, y tenía las mejillas rojas llenas de gotas saladas.
—Mi corazón—susurro, que apenas pude escuchar. Se veía tan linda, es bueno ver a una chica que llora tan hermosa.
—Espera, ¿qué dices?—No la escuche estaba tan perdido en su rostro que no entendí. En ese momento el timbre se escucha dando señal a la hora de salida.
—Nada, olvida lo que dije, solo, no dejes que...—la interrumpen.
—Dylan, necesito hablar un momento contigo—mire a Isa, que recogía sus cosas rápidamente y se iba.
—¿Qué pasa?—dije un poco preocupado por ella.
—¿Qué te dijo la Chica Arrogante de mi?—mire sorprendido a Alex, ¿cómo era posible que él se haya dado cuenta que estábamos hablando de él?
—¿De ti?, por favor—me levanté de donde me había sentado, guardando mis cosas.
—Vamos, no me tienes que mentir, somos amigos ¿no?
—Claro, pero estábamos hablando de otra cosa, no estábamos hablando de ti—exclame calmado.
—Si no era de mi, ¿de qué hablaban?—me detuve y lo mire.
—¿Por qué te importa tanto?
—Solo por curiosidad, pero de todas formas, no importa, hablamos mañana—se va.
Así como ellos dos, salí. Saber la diferencia entre Verdad o Mentira, era difícil, es cierto a veces la cosas no salen como uno quiere que salgan, ese es el problema, tal vez porque no nos damos cuenta que nos debemos equivocar para así hacerlo mejor la próxima vez que debamos hacerlo, caer y caer, hasta aprender la lección. Se que es malo lo que estoy haciendo, juego con fuego y me puedo quemar, pero que, Joder, ya estoy dentro. ¿Nunca han pensado en eso? ¿Nunca han pensado en lo que yo quiero para mi?, Tal vez esto no lo quiero, pero al perder, al sentirme como una gallina, al sentirme el perdedor del juego. Siempre intento ganar, pero siempre quedo más abajo que el ganador, ¿cuándo me tocara a mi? ¿cuándo me tocara ganar este juego?, hay muchos juegos en donde jugar, pero es solo uno el que vamos a ganar...
—¿Cómo estas?—me senté a su lado. Nos encontrábamos en un parque, iba a mi casa y la vi sentada en un banco.
—Bien—bajo su cabeza.
—¿Bien, de "Muy Bien" o bien de "Mal pero no te quiero decir"?—reí un poco.
—Bien de "Cállate y dame un abrazo"—no espere un momento y la abrace...
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