Capítulo 34.

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—Quiero que me digas toda la verdad.

—¿De qué verdad hablas?—mi corazón empezó a palpitar más rápido de lo común.

—Quiero saber como fue que me apostaste—su ceño fruncido se tranquilizo un poco y dejando salir un suspiro apago el carro.

—Yo...—dijo sonrojado tapándose el rostro— Escucha se que me equivoque, pero yo...—giro hacía mí, tenía lagrimas cayendo por sus mejillas, sus ojitos brillaban— No lo hice porque te quería lastimar, incluso que ni te conocía, pero lo hice porque no quería que se siguieran burlando de mí por no aceptar el reto, pero luego todo cambio, te conocí y te juro mi niña, que me enamore de ti—lo mire fijamente, estábamos tan cerca, tan cerca que ni podía imaginarlo.

—Dylan...—sin poder decir una palabra más, sus labios rozaron los míos. Cerré mis ojos— Te creo. - Lo besé...

**Al día siguiente**

—Te entiendo Isa, pero no entiendo, el porque no me lo habías dicho—suspire.

—Es que, yo no podía, me sentía tan encerrada en mí misma, y pensaba que tú te alejarías de mí luego de saber algo tan extraño como el porque ocultaba mis ojos, y el porque no sonrío a menudo.

—¿Cómo crees que me alejaría de ti?, Si para mí, no me interesa tu manera de vivir, pienso que eres perfecta tal y como eres, la verdad es que no merezco tenerte.

—Ja, pero aun así me tienes—reímos los dos.

—Lo siento, lo siento por no entenderte antes—sonreí de medio lado mirando mi barquilla de vainilla.

—Sabes, siempre me ponía a pensar...—caminamos un poco en el parque— ¿Cuando iba a llegar el chico perfecto a mí.

—Adivino—lo miré sonriendo— Y llegue yo—los dos reímos.

—Que engreído eres. Pero si, llegaste tú—su mano se sentía muy especial junto a la mía, parecíamos la pareja perfecta, y eso era lo que más me gustaba que fuéramos eso los novios perfectos.

—Bien, yo tampoco pensé que tú serías la chica correcta—nos sentamos en un banco de ese pequeño parque, en donde se podían observar niños jugando fútbol, indefensas ancianas sentadas en un banco, parejas trotando y haciendo ejercicios. Y de todo eso observe a Dylan, que la verdad me siento feliz al estar con él en este momento— Después de mi ruptura con Arianna no pensaba enamorarme y menos buscarte a ti, pero bueno aquí estamos, el destino decidió que esto pasara.

—Gracias de verdad, eres un experto en hacerme sonreír—él ríe— ¿De qué te ríes? ¿No me digas que tengo helado en la cara?—niega y me observa riéndose.

—Simplemente es que cuando me dices que soy un experto en hacerte sonreír, me recordé que hace varios días era un principiante en eso, ni si quiera podía sacarte una pequeña e indefensa sonrisa.

—Si, lo sé—vi su helado de chocolate que se estaba derritiendo— Tu helado, se derrite—lo observo y poco a poco se lo fue comiendo.

—Te quiero mucho sabes—los dos sonreímos, mire al suelo y quite mi sonrisa— ¿Qué ocurre?

—Tengo miedo...—cerré mis ojos con fuerza. El levanto mi cara haciendo que lo viera.

—¿De qué tienes miedo pequeña?

—Que esto se acabe, que toda nuestra felicidad llegué al final, yo no quiero eso, yo no quiero alejarme de ti. 

—No, mi niña no digas eso, no nos vamos a separar te lo prometo, te prometo que siempre estaré contigo, nunca me alejaré de ti.

Mi Infierno Mi Perdición...(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora