-¿Te crees tan valiente?-frunció el ceño y se alejo un poco mostrando calma. Solo guarde silencio-, bueno te propongo algo...-Típico de Gastón, todo lo quiere manipular-. Si tú ganas este partido, tendré que hacer reír a la chica más arrogante del I...
Mi corazón se estrujo, es algo que sabía que podía pasar y no lo pude detener. Todo hubiese sido diferente, si yo lo hubiese acompañado, pero no lo hice. No lo hice.
—Isa, cálmate te lo pido—menciono Jeick abrazándome.
—Si tan solo, sintieras el mínimo dolor que yo siento no me estarías diciendo cálmate.
—Yo... Lo siento—suspire aun con lagrimas en los ojos— Tengo que decirte algo, que Dylan iba a hacer.
—¿Qué?
—Él te iba...
—Ustedes son la familia cercana a Dylan Harrison—asentimos levantándonos de los asientos color celeste que se encontraban en las instalaciones— Tengo muy malas noticias para ustedes—cerré mis ojos con fuerza y luego los abrí de golpe.
—Díganos Doctor.
—Lamentablemente Dylan tiene muerte cerebral, por lo tanto, ahorita está conectado a las maquinas, las cuales son las que ayudan a que este vivo, pero ustedes deciden si lo quieren desconectar, es su decisión—mi vista se nublo cada vez más, esto era injusto, porque tenía que pasar esto, a él.
—Muchas gracias doctor, ¿Podemos pasar a verlo?
—Por ahora es mejor que descanse acaba de salir de una operación y se encuentra herido gravemente, no es recomendable que entren en este momento, les sugiero que vayan a sus casas y que mañana por la mañana regresen para poder visitarlo.
—Doctor usted no entiende lo que me está pasando, este dolor que siento es inexplicable, yo necesito verlo, y no me hará cambiar de opinión.
—Señorita, disculpe pero si entiendo lo que le pasa, pero usted es la que tiene que entender que el paciente no se encuentra en buen estado, como le digo si gustan pueden venir mañana por la mañana—Jeick me tomo por los hombros.
—Muchas gracias Doctor, vendremos mañana—asintió.
¿Cómo se supone que pueda estar tranquila después de todo lo que paso?
—Muchas gracias—se aleja.
—Isa, por ahora iremos a la casa, mañana vendremos a ver a Dylan.
—Jeick.
—Isa, después de todo hemos llegado hasta aquí, vamos a casa a descansar un rato, luego volveremos—lo pensé por un momento pero luego asentí.
Cuando estábamos en casa me di una ducha y luego no paraba de pensar en él, ¿Qué se supone que haga ahora? ¿Esperar a que este bien? ¿Cómo? Si tiene muerte cerebral, ¿Qué? ¿Lo desconectaré?
¿Desconectarlo sería buena idea?
Cerré mis ojos y lo vi en frente de mí, él estaba conmigo. Me abracé a mi misma y me recosté en aquella cama, tan fría como el aire puro.
Las lagrimas rodaron por mi rostro.
Te amo, a pesar de que te hayas ido seguirás estando en mí, en mi corazón, porque todo lo que hemos pasado ha sido algo inexplicable, tienes mi corazón, tienes mi amor, tienes todo de mí, fuiste lo mas hermoso que me ha regalado Dios, y a pesar de que ahora te alejas de mí, ya nada será igual sin ti amor.
Ohh cariño, ¿Por qué te has ido? ¿Por qué tan pronto? ¿Por qué te fuiste de mí?
Lloré, lloré como nunca lo había hecho.
¿Por qué? ¿Por qué si todo iba tan bien, todo se fue a la basura?
Sus ojos, su sonrisa, sus caricias, su piel, su amor, todo se fue.
Tal vez todo esto me haya hecho comprender que jamás podré estar bien, jamás podré estar tranquila. ¿Quién lo está cuando pierde a el amor de su vida? ¿Quién?
Después de tanto llorar mis ojos se cerraron lentamente hasta lograr dormirme.
**Al día siguiente** **8:00 am**
Mi corazón estaba acelerado.
Su madre ha tomado una decisión.
—La mejor solución es Desconectarlo—la miré.
—Señora, disculpe pero ¿Cómo va a desconectar a su propio hijo?—confese sin parar de llorar.
—Mira niña, yo puedo decidir si lo hago, tú no eres nadie para retractarme—pues si, la madre de Dylan me ha odiado por todos estos años, siempre le hecho en cara a Dylan que se equivoco al elegirme a mí y no a su ex novia Arianna.
—Le recuerdo que soy su novia, y yo también debo de decidir si lo desconectan o no.
—Oh no lo creo escuincla, él es mi hijo por lo tanto se hará lo que yo diga—me giré molesta y le susurre a Jeick.
—¿Por qué tuvimos que llamarla?
—Isa—rodee los ojos.
—Al menos puedo verlo—conculí en voz alta para que ella me escuchara, con toda mala gana me dirige una mirada y con su mano hace un gesto de que puedo entrar.
Caminé sin decir una palabra, me adentré en esa habitación, e intentando aguantar las ganas de llorar me senté a su costado. Lo observé. Su cara estaba completamente destruida, tenía sus ojitos cerrados.
Tome su mano que estaba con heridas.
—Discúlpame—dije llorando descontroladamente—, Discúlpame por todo mi niño, lamento que estés en esta cama, no deberías estar aquí, este no era tu destino—lo acaricie— ¿Sabes?, tu mamá piensa desconectarte, pero no importa, porque yo muy pronto estaré contigo, cuando Dios lo decida estaré a tu lado, por ahora quisiera que me cuidaras como siempre lo haces, y a pesar de que no estés a mi lado, siempre te sentiré conmigo. Gracias por siempre acompañarme, has sido el mejor novio, amigo, y compañero que ha estado conmigo en las buenas y en las mala. Seguiré y cumpliré todo lo que juramos por ti, por nosotros, y lo haremos juntos.
—Lo siento por interrumpir—solté su mano y me gire—necesito que sepa algo, encontramos esto en el bolsillo derecho del pantalón que llevaba Dylan ayer—observé una pequeña caja color roja. Mis ojos se aguaron más—Al parecer él le iba a...—lo interrumpí.
—Pedir matrimonio...—susurre.
—Exacto—mire a Dylan...
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