capítulo 1

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Dedicado a mi persona y confidente favorita KarenHoranStyles8

Mamá siempre me dijo que "Le Maison's restaurant" es un sitio que explota a sus empleados, a lo que yo la había contradecido ofreciéndole desde mí perspectiva que no es el único lugar que lo hacía, y que pagan un salario que se clasifica como normal.
Sé bien que la idea de que trabaje a ella y a papá no les agradaba, porque sentían que pronto tomaría gustos por lo que hiciera y dejaría de lado mis estudios, pero yo lo hacía con otro fin. Sentía la necesidad de emprender algo por mi propia cuenta y prepararme para lo que sería mí vida los próximos años, ya que cursaba la última instancia de algo que pronto acabaría, para comenzar una nueva vida universitaria. Y a pesar que ella y papá podían pagar los gastos, tuve la necesidad de querer independizarme para salir de la protección de su "nido".
Los clientes que acostumbran son personas de diversas edades, si bien es un restaurant que se encuentra en el centro de la ciudad, es un lugar que llama la atención con solo observarlo desde afuera, siendo éste sencillo y de aspecto clásico, aunque a veces no atraía a las mejores personas.
El horario que me proporcionaron era por las tardes, cuando salía del instituto me quedaba un camino que no era largo de recorrer, pero tampoco quedaba muy cerca.

Observé el piso recién fregado una vez más, Natalie, la encargada de la caja y una de las personas que se había vuelto mí mejor amiga, siguió hablándome acerca de su nuevo amor, su vecino del lado.

—Y él me dijo que podía comprobarlo con mis propios ojos, y claro que no me negué...

Los quejidos de la mujer que esperaba ser atendida se hicieron más audibles, mientras me preparaba mentalmente para tratar de quitar esa mancha que parecía llevar un buen tiempo allí.

—Nena, creo que de verdad no me prestas ni un poco de atención, mientras yo intento subsistir en este corral de vacas todos los días, tú vagas por ahí en tus pensamientos.

Pudo oírse claramente el chillido de la clienta que parecía ofendida ante el comentario fuera de lugar de la cajera.

—Será porque me concentro en seguir con mis tareas y hablar menos, Nat.

Se dió la vuelta mascando su chicle, sacándolo de su boca para poder hablar, podría decir que ese dulce llevaba allí más tiempo del que debería, pero eso a Natalie no le interesaba.

—Como sea, sabes que...

¿Que si acostumbrábamos a estas situaciones? Pues si, el hijo rebelde de mami, Keelan, había hecho desastres por el lugar como era de esperarse, apenas llevaba un buen rato allí, se oyó el revuelo.
Siempre creí que su madre lo consentía mucho o este chico no tenía conocimientos sobre la palabra modales.
Parecía que no, porque cada día aparecía con problemas nuevos con los que los del personal debíamos lidiar, porque sí, el gerente solo nos daba órdenes y así se debían cumplir, como encubrir al hijo de la dueña.

Y la situación se resumía a: cliente tirado en el suelo, al lado su trago esparcido por la superficie brillosa de las baldosas, junto con los trozos de vidrio roto, que claro, luego debía limpiar yo porque me hacía cargo de la limpieza.

El hombre parecía desorientado, en su rostro magullado se esparcían hilos rojos que brotaban de su nariz, y no me sorprendería si llevaba más tragos que cualquier persona de aquí.
La mirada de su atacante era fugaz, como si dependiera de esos golpes para deshacerse del mal día que había tenido, aunque él siempre encontraba alguien a quién agredir, no era nuevo.

Me dirigí tranquilamente hacia esa área, mientras Keelan desaparecía de mí foco visual.
Levanté al hombre del suelo, le ofrecí un paño mojado para que se limpiara y le indiqué un lugar para sentarse, seguido de señas a Gabriel para que no le ofreciera más tragos. Éste asintió en mí dirección.

PERFIDIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora