* * *Joder, jamás pensé que diría todo eso enfrente de él, pero así son las cosas. Eso que dejé salir es un rencor de años que sabía que algún día saldría a la luz.
Todas las veces que lo esperé afuera de mi casa, en el frío, en la lluvia, solo para que saliera conmigo. La primera navidad que me dijo que vendría a casa a estar con mamá, Ronnie y yo, y que al final nos dejó plantadas. Las veces que me dijo que me invitaba a cenar y cuando yo iba al restaurante, me cancelaba por teléfono porque tenía una salida con Darla.
Tanta pero tanta mierda le aguanté. Y decidí serle indiferente, lastimarlo; querer herirlo fue lo peor que pude haber hecho, porque solo terminé lastimándome a mí misma.
Pero algo que nada ni nadie cambiará, fue que yo... yo lo tuve primero. Mi mamá lo tuvo primero. Lo que haya hecho después es su problema, pero el punto es que yo soy la real evidencia de que mi padre me pertenece a mí y no a esas personas de mierda que se encuentran afuera de seguro hablando basura de mí y burlándose.
Sigo llorando, temblando y ahogándome de vez en cuando. Saco mi teléfono, y me doy cuenta que tiene poca batería. Bueno, al menos puedo hacer algo con ello.
Marco su número, que me lo aprendí de memoria una de esas tardes donde estás aburrida y no sabes qué carajos hacer con tu vida, y espero a que conteste.
Espero, sintiendo los pitidos como los más largos y lentos del mundo.
—Buzón de voz, la llamada será trans...
Cuelgo. Es comprensible que no me contestara, hace un mes que fue la fiesta de Tommy y desde mi pequeño reconocimiento por mis sentimientos, no hemos vuelto a hablar tan seguido. Solo nos saludamos cuando Jamie está ahí con los dos.
Vuelvo a llorar, sintiéndome pequeña e indefensa, ¿qué hago? Jamás pensé que lloraría enfrente de tanta gente, mucho menos de Darla y Stella. Mierda, mierda, mierda, las heridas comienzan a abrirse nuevamente, y duelen mucho más que cuando fueron creadas.
Los espasmos de mi llanto no me dejan oír lo que está pasando ahí afuera, pero sí me dejan escuchar el sonido de mi celular, que me avisa que me están llamando.
Llamada entrante: Jack Samuels
Tomando un largo respiro, contesto.
—Hey, ¿me llamaste? Estaba viendo una película en mi casa...
«¿Con Jamie?» Quiero preguntar, pero las palabras se quedan atoradas.
Trato de prestarle atención, pero de tanto que trato de aguantar un sollozo, no lo puedo controlar y sale. Me tapo la boca rápidamente, maldiciendo en mi cabeza.
—...y después... Terremoto ¿estás llorando? —se detiene abruptamente, con un tono preocupado.
No, Jack, no me digas Terremoto. De lo solo escuchar su voz me entran más ganas de llorar.
—L-lo siento, no quería molestarte. Es solo que... —me quiebro y comienzo a llorar. Aún estoy en la línea y claramente sé que él está escuchando. No sé cuántos minutos pasan, pero él no dice nada. Me deja llorar y llorar.
Al cabo de un pequeño rato logro tranquilizarme y los espasmos de mis sollozos se calman.
—¿Dónde estás? ¿Quieres que vaya para allá? —noto preocupación en su timbre de voz.
—No, no. Solo... estaba... necesitaba hablar con alguien y... no sé, perdón por molestarte, yo...
Me detiene antes de que siga mi pobre excusa.
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Atrápame si puedes
Teen FictionNo quiero empezar diciendo que esto trata de la típica chica que se enamora de un chico... Bueno ¡al diablo! Sí lo es pero es mucho más complicado de lo que suena. Yo, jamás en mis diecisiete años de vida había estado en una situación tan difícil...