40. imprevisto

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Emily es un vampiro.

Pero, es un vampiro distinto.

Los vampiros tienen la gran característica de chupar la sangre de sus víctimas, dejándolos secos e inertes, muertos. En cambio, Emily no tiene una obsesión por la sangre, ella chupa y chupa mi jodida relación, cada vez más, dejándola claramente inexistente.

—Pues ¿Qué vas a hacer? Es obvio que nada más son amigos.

Miro a Jamie con esa mirada de: ¿es en serio?

Ella se encoge de hombros y frunce sus cejas, pensativa.

—Cariño, yo te apoyo. Jack es un iluso que se deja engañar por esa chica ¿verdad? —Tommy me defiende con determinación, viéndome con una sonrisa enorme. Casi quiero sonreírle pero no me sale nada, ni siquiera un "Gracias".

Y es ahí que exploto.

—¡Es que es obvio! Después de que me fui de la casa de Jack, y que él se puso de lado de la hija de perra esa, le envié un mensaje diciéndole que no me gustaba que se quedara solo con ella pero me dejó en visto... ¡en visto! —exclamo otra vez, sobresaltando a Jamie un poco.

Yo tomo aire para calmarme y volver a hablar.

—Me quedé viendo por la ventana de mi cuarto para ver cuándo se decidía por dejarla en su puta casa... Tommy, te digo, ¡dos... horas! ¡Dos horas se tardó en ir a dejarla a su casa! ¿Qué mierda? Y luego él me dice que no es nada... pfff.

Jamie me hace ojos alarmados y me hace señas a la entrada de la cafetería. Yo hundo mis cejas y dirijo mi vista hacia allá, y en cuanto lo hago, una sonrisa se crea en mis labios al ver a Logan dirigirse a nosotros con una amigable sonrisa en su lindo rostro.

—¡Nos vemos luego! —les digo a Tommy y a Jamie con apuro. Me levanto rápidamente, tomo mi mochila y me acerco a Logan.

Ya que Jack está muy ocupado con Emily, al menos puedo pasar también el rato con mi amigo.

Oh, así es, Jack me envió un mensaje hace rato diciéndome que no podría acompañarme a almorzar porque la querida Emily tenía que preguntarle un par de cosas acerca de la fiesta benéfica que se acercaba en la empresa de la señora Samuels. Aparentemente esa chica se volvió su mano derecha. Joder.

—¡Hola! —me saluda Logan con un tono divertido.

Le sonrío de forma exagerada como saludo, haciendo que este ría por mi expresión.

—¿Nos vamos? —me pregunta y yo asiento.

Logan y yo nos hemos vuelto a acercar después de que pasó todo el estúpido drama con Jack. Pasado pisado. Al principio fue algo incómodo, ya sabes, esas miraditas intimidadas que nos lanzábamos el uno con el otro cuando el tema de conversación moría o simplemente cuando ambos nos quedábamos viendo mucho a los ojos. Porque era verdad, yo miraba sus ojos verdes y por un segundo me perdía en ellos, no voy a mentir.

En fin, como Jack ya tenía planes con la vampiresa hipócrita, yo misma me había tomado la libertad de crear unos con Logan. Lo casual, ir a la biblioteca. Se preguntarán, ¿qué mierda se puede hacer en una biblioteca para divertirse?, pues siendo honesta, nada. Solamente te pones a leer y a hacer tareas o a estudiar. Pero Logan y yo nos poníamos a platicar de cualquier cosa, literalmente de cualquier cosa, eran hasta ridículas y entretenidas nuestras charlas que el tiempo se iba volando, tanto que a la hora de la hora ya teníamos que seguir con nuestro siguientes periodos de clase.

—Oye, ¿quieres ir por un burrito saliendo de la escuela? Conozco un lugar sumamente bueno —me pregunta Logan en cuanto doblamos a la derecha para dirigirnos a la biblioteca. No dejo pasar el destello de emoción que se escucha en su voz así que hago lo que cualquier persona cuerda haría y asiento emocionada.

Atrápame si puedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora