Verlo me dolía. Su recuerdo me dolía. Cada fotografía, su perfume impregnado aún en cada centímetro de mis sábanas. Cerraba ojos y veía su sonrisa, su cabeza sobre mi almohada.
– Te quiero —. Me decía al oído, mientras me abrazaba —. Quiero cada una de tus perfectas imperfecciones.
Y cuando yo le daba todo de mí, él no me daba nada. Me creía cada beso, cada mirada, cada sonrisa. Pero resultó ser sólo un actor fuera de la gran pantalla.
Cuando lo vi por primera vez, era verano, el calor iba en aumento. Estábamos en la playa, él a un lado y yo al otro. La fiesta empezaba y la noche sólo acababa de empezar. El dj pinchaba Summer de Calvin Harris. Nuestros cuerpos bailaban al son de la música. Entre tanta gente casi no podía verle, pero aún así mis ojos insistían en volver a buscarlo, mirarlo. Su perfecto cuerpo bajo las luces de neón, compaginado con su sonrisa, destacaba entre otros. Parecía el típico chico de película que se enamoraría de la más guapa que hubiera allí, por esa misma razón me pareció raro cuando vi su cabeza entre el gentío, cada vez más cerca. Quizá fuera algo en mi cabeza, pero sentía que la música se volvía más lenta y la temperatura subía. Yo no dejaba de saltar y disfrutar, a la vez que miraba a aquel chico, cada vez más cerca de mi cuerpo.
En el momento que su piel rozó la mía sentí cómo el mundo se paraba a nuestro alrededor. La música sonaba sólo para nosotros. Su mano en mi cintura y la mía en su cuello. Ambos bailando entre copas volando. Otra vez su sonrisa ocupaba toda mi atención. Sus labios cerca de los míos. Y entonces sucedió, un beso tras otro. Una sonrisa cómplice y miles de sensaciones.
Recuerdo el roce de su mano con la mía; cómo sostenía mis dedos entre los suyos. Corríamos entre la gente, queriendo deshacernos de la multitud. Queriendo estar a solas.
Ya en un rincón, alejados de los demás. Tiró de mí con fuerza, acercándome a él. Ambos cuerpos unidos bajo la luna, besándonos cual locos enamorados. Jugando con la llama del amor, con un fuego que pronto nos quemaría. Pero en ese momento no había tiempo para pensar, lo único que podía hacer era actuar.
“No te preocupes, tú eres mucho más hermosa que cualquier otra mujer” Recuerdo sus palabras como cuchillas en mi corazón. Solía decirme lo mismo cada vez que lo veía coquetear con alguna otra chica. Y yo, cual tonta, lo creía.
Ahora me encuentro aquí, llorando, en un rincón de la habitación. Acordándome de cada noche que pasamos allí, escuchando promesas que se fueron con el aire; reviviendo las tantas veces que me volvía loca por rozar sus labios, por sentir su sonrisa mientras nos besábamos.
“Ninguna otra oportunidad. Esto se acaba aquí.” Esa vez me tocó hablar a mí. Mi cara estaba llena de lágrimas. Tenía todas mis cosas en maletas, así que las cogí y me fui a la vez que él llegaba.
Aún recuerdo el día en el que dije: “Nada podrá romper más mi corazón.”
Pero estaba equivocada.
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Claridad - SM
FanfictionA simple vista, Ruth es una adolescente normal y corriente. Después de una relación llena de engaños, pasa por su primera ruptura, lo cual ella piensa que es lo peor que le podía pasar a su pobre corazón. Pero luego pasan algunas cosas que la hacen...