Capítulo 10

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        La respiración me faltaba, pero yo no quería separarme de sus labios. Sabía que cuando lo hiciera me arrepentiría, me castigaría a mí misma por haber hecho algo tan imprudente después de salir de una relación que me había enseñado tanto.  Sin embargo, necesitaba coger aire desesperadamente, estaba exhausta. Separé nuestros labios, aún sin abrir los ojos. No quería verlo, no quería reconocer lo que acababa de hacer. Shawn amenazó con volver a besarme pero yo giré la cara. Fue en ese momento, en el que me acordé lo mucho que dolía desear los labios de alguien, y por hacer lo mejor, no poder tenerlos. Recordé el día que Jack y yo habíamos terminado como si hubiera estado sucediendo en ese mismo instante.

        – Ruth —, repite él intentando hacer que lo mire, pero no, tengo que ser fuerte, o al menos intentarlo —; por favor, mírame —. Yo negué con la cabeza, no tenía la fuerza suficiente como para hablar. Él sabía que si lo miraba, iba a volver corriendo a sus brazos, iba a abrazarlo y besarlo al igual que si la vida se me fuera en ello. Pero no esta vez —. Y-yo…te lo puedo explicar —.Comenta; vacilando un poco antes de acabar la frase. Yo soplo una risa ahogada entre lágrimas.

        – ¿Qué me vas a explicar, Jack? — Lo miro por primera vez desde que lo había visto en la puerta de la casa de mi prima y me había seguido cuatro calles más allá —. ¿Cómo, tu pene, por equivocación, acabó en la vagina de mi prima? — Su rostro carecía de expresión, sus facciones frías y calculadoras. Todo lo contrario a cuando lo conocí. Él parecía tan cariñoso, tan romántico…pero está claro que nunca fue así, sólo lo fue para tenerme por un tiempo —. No me hace falta, en serio. No gastes saliva conmigo, gástala con ella —. Dicho eso me giro y me dispongo a caminar, pero antes me lo pienso dos veces, volviéndolo a encarar —. Una cosa sí quiero que me expliques.

        – ¿El qué? — Pregunta él en un tono cansado, como si fuera una mosca que no parase de estorbarle.

        – ¿Por qué molestarse? — Miraba al suelo, buscando un ápice de confianza. Respiro profundamente, cargándome para lo que venía —. Digo, ¿por qué molestarse en hacer todo esto durante tanto tiempo para luego tirarlo a la basura? Quiero decir, ¡Vamos, Jack! Ambos sabemos que puedes tener a cualquier chica, y vamos que lo has aprovechado —. Me río sarcásticamente, aún evitando el contacto con sus ojos. Veo cómo mueve sus pies incómodamente.

        – ¿Te soy sincero? — Yo me encojo de hombros y asiento, aún sin mucha confianza. No estaba del todo segura si quería saber lo que tenía que decir, sabía que me dolería, y mucho —. Después no digas que no te avisé —. Lo divisé por el rabillo del ojo y vi que levantaba sus manos, en modo de inocencia.

        – ¡Venga, Jack, no tengo toda mi vida para ti!

        – Vale, vale —. Mete sus manos en los bolsillos y se encoje de hombros, yo, mientras, cruzando los brazos sobre mi pecho, lo observo. Trago todos mis sentimientos, las ganas de chillarle —. El día que te conocí había apostado con mis amigos que me llevaría a una chica cualquiera, la que ellos quisieran. Y, obvio, les gané —. Su tono de voz era suave, más de lo que estaba siendo anteriormente. Sus palabras eran como cuchillos para mi corazón, retorciéndose cada vez más, haciendo la herida aún mayor. Pero iba a permanecer fuerte, iba a ser la chica con la que siempre soñé.

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