Capítulo 2

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        ¿Quién era ese tal Shawn Mendes? ¿Por qué llevaba un séquito de chicas coreando su nombre? Varias preguntas rondaban mi cabeza, la cual aún me dolía de tantos gritos. El internet en el móvil me iba lento, así que lo apoyé en el soporte que tenía pegado a la luna del coche y encendí el motor.

        – Shawn Mendes —. Dije a la búsqueda por voz del móvil.

        – Shawn Peter Raul Mendes —, comenzó a leer el móvil —, mejor conocido como Shawn Mendes, es un cantautor y guitarrista canadiense nacido el 8 de agosto de 1998 en Toronto (Canadá).

        Aparté los ojos un segundo de la carretera para observar la foto del chico. Era él, estaba claro  «Con que cantante… » Reflexioné. Presioné el primer video que había de él. El comienzo me gustó, pues tenía un toque acústico, simple. Dejé que la canción siguiera mientras recorría las calles de vuelta a mi casa. Cuando terminó, todo se quedó en silencio, me sentí vacía. Estaba a tan sólo cinco minutos de mi casa así que, aceleré un poco y en menos del tiempo estipulado, llegué. Aparqué en el camino de entrada al garaje y apagué el motor. Salí del coche, no sin antes coger mi bolso y mi móvil. Una vez en la puerta, busqué las llaves de la puerta en mi bolso pero no aparecieron por ningún lado, por lo que me vi obligada a tocar. Mi hermana abrió la puerta, en bata y con olor a perrito caliente pasado. La verdad era que desde que nuestro padre había muerto, o mejor dicho: lo habían asesinado, no se preocupaba tanto por sí misma. Sólo estaba atenta a su carrera, quería sacar las mejores notas, ser la mejor de su año.

        – ¿Dónde demonios tienes las llaves? — preguntó ella con un tono cansado.

        – No lo sé —.  Mi hermana se rodó y pude pasar. Dejé mi bolso sobre la cómoda que había en el pasillo y comencé a buscar mis llaves de nuevo. Tenían que estar por algún lado. Miré en todas las gavetas, los armarios. Pero no aparecían. Me estaba desesperando. Salí de nuevo y busqué en el coche. Quizá se me habían caído allí en algún momento. Pero al igual que en mi casa, no había rastro de ellas. Era la segunda vez que perdía las llaves, mi madre me iba a matar.

Claridad - SMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora