Capítulo 2: Preparaciones para las vacaciones

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STACEY

Me encontraba almorzando con mis queridos tíos, que estaban muy felices de volver a tenerme en casa. Son personas muy animadas y alegres y estuvimos charlando un montón sobre lo que había sucedido en la ciudad en mi ausencia, por un lado; y sobre los eventos que habían ocurrido en la escuela, por otro.

—¿Sabes qué hay de nuevo en la ciudad? —me preguntó de pronto retóricamente mi tío—. ¡Un nuevo parque de diversiones!

—¿En serio? —pregunté emocionada, me encantaban ese tipo de atracciones. Sí, así es, me encanta meditar y estar tranquila, pero para divertirme nada mejor que un parque de diversiones para sentir emociones.

—Sí —continuó mi tía— y parece que este es especial, tiene atracciones nuevas. Podrías ir a verlo con Katy y tus nuevas amigas Laly y Wany.

—¡Claro! —Les sonreí.

El almuerzo transcurrió ameno, contando anécdotas de lo que había vivido cada uno mientras estuvimos separados.

Luego, me dirigí a mi habitación, debía desempacar mis cosas, pero lo que realmente quería hacer era estar un tiempo a solas para leer la carta de Tad. Desde que había llegado a mi casa, mis tíos no me habían dejado sola ni por un momento, de modo que con la excusa de desempacar y meditar me retiré a mi habitación para estar en soledad.

—De acuerdo, cariño —me respondió mi tía, probablemente captando el mensaje de necesidad de privacidad—, te dejaremos tranquila un rato.

—Pero solo un rato —me aclaró mi tío— ¡es que te extrañamos!

Me reí:

—Y yo a ustedes. —Me acerqué a ellos para abrazarlos a ambos en un solo gran abrazo.

Desde la muerte de mis padres, la hermana de mi madre y su esposo se habían hecho cargo de mí como si fuera su propia hija, y los amaba profundamente, pero ahora mismo necesitaba unos momentos a solas para leer la carta de Tad.

—¡Luego quiero que nos sigas contando sobre esas becas! —exclamó mi tía entusiasmada.

—¡Será todo un orgullo que nuestra pequeña sobrina gane una! —Me abrazó fuerte mi tío.

Me reí y finalmente me dirigí a mi cuarto, cerrando la puerta detrás de mí. Mi bolso estaba sobre la cama, luego ordenaría la ropa, lo primero que quería saber era qué decía esa misteriosa carta. Me llamaba la atención el hecho de por qué Tad no habría querido que la leyera en la escuela...

La abrí y mi corazón comenzó a acelerarse a medida que la iba leyendo. Era una confesión. Eran los sentimientos de ese chico, allí, en un papel en mis manos. Una lágrima rodó por mi mejilla, no pude evitarlo, esa carta decía cosas muy bellas. Tad había estado enamorado de mí desde hacía tiempo ¿cómo no me había dado cuenta?

Tenía que confesarlo, Tad me gustaba también, aunque creo que lo que él sentía por mí era mucho más profundo que lo que yo sentía por él. ¿Qué debía hacer? Meditar. Sí, sin duda eso ayudaría. Necesitaba relajarme para poder pensar con claridad.

Pero estaba por comenzar mi meditación, cuando un mensaje llegó a mi celular. Nota mental: recordar poner el celular en silencio o apagarlo antes de meditar. Siempre lo hacía, evidentemente la carta de Tad me había desequilibrado algunos chacras y había olvidado algo tan importante como eso.

Me sobresalté, ¿sería Tad? Quizá quería saber si ya había leído su carta, la verdad es que había pasado mucho tiempo desde que me la había dado en la escuela y recién ahora la había podido leer en paz. Seguro el pobre estaba muy nervioso. Se necesita mucho valor para escribir algo así y entregarlo.

Vacaciones [2]: Búsqueda en territorio seyrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora