Capítulo 23: Adiós

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Lavanda comenzó a abrir los ojos con dificultad, había dormido mucho y muy profundamente. Se sentía amodorrada. Le costó unos segundos darse cuenta de que se encontraba en una carretera, viajando en un carrito para pasajeros de motocicletas. ¡Estaba viajando con su hermano y sus amigos!

—¡Luxor! –exclamó, a la vez que se incorporaba, al ver que quien manejaba la moto era su hermano—, ¿dónde está Rain?

Luxor se limitó a mirarla por un segundo y luego volvió la vista a al camino.

—Ah, ya despertaste. –Fue todo lo que le respondió. Pero entonces Lavanda entró en su mente y comenzó a entrar en pánico.

—¿Cómo es eso que entregaron a mis amigos? –gritó—. ¡Ellos no se merecían eso! –continuó gritando Lavanda, despabilándose totalmente— ¡Detengan las motos! ¡Tenemos que volver por ellos!

—¡Son villanos! –se excusó Dream, acercándose a la motocicleta de Luxor.

—¡Que sean de otra nacionalidad no los condena! Según Bald todos estamos conectados, ¡todos somos parte de lo mismo! ¿No lo entienden? –Lavanda comenzaba a ponerse histérica, todo esto era una traición, una vil injusticia— ¿Cómo pudieron abandonarlos así?

—Zhu nos prometió no lastimar a nadie. –Le respondió en voz baja Luxor.

—¿Confían en él?

Luxor se tomó sus momentos para meditar su respuesta, sabía que de todas formas su hermana le leería la mente pero ya no le importaba. No, la verdad era que no confiaba en Zhu. Chad, el miembro ahora faltante del Top5, había fallecido en una misión que ese mismo general les había encargado, en la que por cierto, jamás mandó los refuerzos que solicitaron. Luego, Zhu no hizo nada por reponer su muerte, solo una pequeña ceremonia. ¡A Chad! ¡Un miembro del Top 5! ¡Que había dado su vida por cumplir una misión para Zhu!

No, no confiaba en ese general para nada, de hecho hasta lo odiaba un poco. Pero debían jugar bien sus cartas si querían salir airosos de esta. Lavanda no lo comprendería ahora, estaba enamorada y todo eso, pero ya se le pasaría cuando entrara en razón.

—¡No se me va a pasar jamás! –le gritó Lavanda—. ¡Tú me ofreciste ayuda, Luxor! ¡Confié en ti! ¡Ellos confiaron en nosotros!

—Bueno, pero ahora eran ellos o nosotros. ¡Ya sabes cómo funciona esto! –Luxor ya no pudo permanecer callado—. ¡Lo hice para protegerte! ¡A ti y a toda nuestra familia! ¿Sabes que Nicky me dijo que estabas a un paso de ser exiliada? Si ellos pueden probar que estás de alguna forma del lado de Rain y de los villanos: ¡te exilian! Y eso en el mejor de los casos, ¡porque el castigo correspondiente para la traición a la patria sería la ejecución! No tienes idea de todo lo que se está esforzando nuestra tía para ensuciar tu nombre. Lo que hice fue salvarte, limpiar nuestro nombre.

El ambiente quedó en silencio por unos segundos, solo se escucharon los motores de las motocicletas, hasta que Luxor volvió a hablar:

—A veces hay que hacer sacrificios –comentó con un suspiro—. Papá me comprendería.

Desde muy pequeño, tras la muerte de su padre, Luxor se había sentido en la obligación de proteger a su familia. Aunque no lo demostrara muy seguido, él amaba a su hermana y pensaba genuinamente que esta decisión había sido la mejor dentro de todas las posibilidades.

—Papá jamás hubiera entregado a sus amigos –le respondió Lavanda tajante.

Su hermano no le respondió, pero Lavanda de todas formas dejó de leerle la mente porque allí solo se repetía a sí mismo que él tenía razón. Buscó su celular para llamar a Rain, pero no obtuvo respuesta, su celular estaba apagado.

Vacaciones [2]: Búsqueda en territorio seyrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora