Vacaciones [2]: Búsqueda en territorio seyren

Capítulo 7: En la Federación Seyren

LAVANDA

Finalmente llegamos a mi casa, bajé de la limusina y corrí a abrazar a mi madre. ¡Hacía tanto que no la veía! La escuela de villanos es un internado, dormíamos allí, comíamos allí, ¡vivíamos allí! Aquí a las escuelas uno va unas horas y vuelve a su casa, estar en otra nación, viviendo en una escuela extranjera fue una experiencia totalmente nueva para mí. Además, estaba muy estresada por todo lo que estaba pasando, ¡mi tía había hablado, había usado sus artimañas para convencer al general Zhu de que yo era la traidora!

—¡Lavanda! —Me abrazó mi madre con cariño y ternura y luego se apartó para mirarme a los ojos— Dime que no es cierto, no eres una traidora de la patria ¿verdad?

—"No podría soportarlo" —pensó.

Suspiré.

—¡Claro que no! —le respondí— ¡La tía es una maldita! ¡Ella, incluso... —No pude evitarlo y mis ojos se llenaron de lágrimas— Incluso asesinó a un general para tomar su puesto!

—¡Qué! —exclamó mi madre—. ¡Eso no puede ser cierto! ¿Qué pasó en ese ataque? ¿Por qué se están condenando una a la otra? ¡Somos familia!

—No la estoy condenando, ¡lo que digo es cierto!

—Es lo mismo que dice ella. —Mi madre se apartó algo apenada— "Ambas cuentan versiones totalmente opuestas, no sé a quién creerle, ¿qué voy a hacer? ¿Qué va a pasar con esta familia?" —escuché que pensó.

Volví a suspirar, secándome las lágrimas. Mi madre estaba dudando. Estaba dudando de mí. Me sentí sola en el mundo.

—Espero que me creas —le dije— voy a desempacar.

Subí a mi habitación con mi bolso.

Mi madre y mi hermano mayor eran toda la familia que yo tenía. Mi padre había muerto cuando yo era apenas una bebé de dos meses. Él también era un espía, los villanos lo habían descubierto y lo habían asesinado. Eran los riesgos que se corrían en esta profesión. Para mí siempre había sido como un juego, siempre había querido seguir los pasos de mi padre, pero esta había sido mi primera misión importante y no me había gustado cómo había resultado todo. Ahora mi familia estaba dividida.

—Hola, bienvenida a casa, traidora —me saludó en tono de broma Luxor, mi hermano, apoyado en el borde de mi puerta, mientras yo desempacaba. Tenía el pelo castaño, corto pero ondulado y su rostro pecoso estaba adornado por un rulito que le caía en la frente que siempre me pareció adorable y una pequeña barba en el mentón.

—"Ya era hora de que volviera" —pensó él y yo sonreí— "Es increíble pero extrañé a esta enana"

—¿Qué clase de recibimiento es ese? —le pregunté, fingiendo estar ofendida por el comentario que había hecho, mientras sacaba todo de las valijas para depositarlo sobre la cama—. Aunque en el fondo sé que me extrañaste. —Detuve lo que estaba haciendo y le guiñé un ojo.

—Que puedas leer las mentes no significa que puedas presumir —se molestó él.

Me reí.

—También es un gusto verte —Le sonreí y me acerqué para abrazar a mi hermano—. También te extrañé —le dije.

Es increíble pero había crecido varios centímetros en mi ausencia y tuvo que agacharse para abrazarme. Luxor rió y luego se sentó conmigo en la cama.

—Yo no le creo a nuestra tía —me confesó de pronto— nunca fue honesta. —Se encogió de hombros—. Pero, ¿asesinó a un general seyren? Eso ya es otro nivel.