Capítulo 3: El parque de diversiones

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—Tad, tranquilo —lo intentaba calmar Flux mientras hacían la fila para comprar las entradas al parque de diversiones.

—¿Tranquilo? ¡Estoy yendo a mi primera cita de la vida! ¡Con una chica que no me interesa de esa forma, solo para acompañarte! ¡Sumado a que en breve va a venir la chica a la que le confesé mis sentimientos, que espero que tenga una respuesta positiva para darme, porque después vamos a ir juntos de campamento! Tengo un presentimiento muy extraño con respecto a todo esto.

—Bueno, está bien, tienes un buen punto. Pero intenta que no se te note demasiado lo alterado.

Tad lo miró con mala cara.

—¿Por favor? —le sonrió Flux.

Pronto entraron al parque y allí los esperaban Kiara y Jenny.

—¡Chicos! —exclamó Jenny mientras se acercaba, saludándolos—. ¿Por qué trajeron mochilas tan grandes? —Se extrañó al observarlas.

—Es que nos vamos de excursión después —les explicó Flux.

—¡Vamos a la montaña rusa! —Kiara tomó de la mano a Flux, llevándolo—. Es lo primero que hay que hacer al entrar a un parque de diversiones.

—¡Vamos, Tad! —lo animó Jenny, siguiendo a su amiga y a Flux, Tad le sonrió y los siguió también, quizá un poco de diversión le sacaría un poco el estrés.

—¡Hay varias! —exclamó Kiara emocionada mirando hacia arriba, observando las gigantescas maquinarias.

La verdad era que había todo tipo de montañas rusas, todas muy altas y grandes. Tad tragó saliva al verlas, el vértigo y las náuseas estaban garantizados.

—¡Vamos a esa! —señaló Flux, era la más alta y la que más vueltas tenía de todas.

Los cuatro se divirtieron bastante, aunque Tad ya no quiso volver a subirse a ninguna otra montaña rusa.

—¡Vamos, Tad, una más! —le pidió Flux y señaló una nueva atracción que consistía en una esfera que giraba en el aire y sobre su eje en giros balanceados, sostenida por un enorme brazo metálico, a más de 40 metros de altura.

—No gracias, yo paso —respondió su amigo al elevar sus ojos hacia aquella máquina mortal, era muchísimo peor que la anterior y no estaba seguro de que su estómago pudiera soportar tanto—. Vayan ustedes, quizá yo me entretenga con alguna otra atracción en tierra firme.

Además, estar solo no le vendría mal.

—¡Vamos, yo te acompaño! —le sonrió Jenny, tomándolo del brazo—¡Y también voy a subirme a esa cosa con ustedes, chicos! —les aclaró a Flux y Kiara, clonándose una vez.

—¿Vas a subirte a dos atracciones a la vez? —le preguntó Tad sorprendido— ¿Estás segura?

—¡Pero claro! No sé cómo no se me ocurrió antes, ¡será doble diversión!

Jenny y Tad se dirigieron entonces hacia una atracción acuática, se trataba de un pequeño trencito que viajaba lento por unas vías bajas, no tenía tanto vértigo pero sí terminaron todos empapados. Jenny describió la experiencia como "asombrosa" ya que constantemente le llegaba información del vértigo que estaba pasando su copia, sumando el doble de adrenalina a ambas atracciones.

—Qué lástima que te lo perdieras —le comentó Jenny a Tad—, ¡fue genial! Ahora voy a desaparecer mi clon para darles algo de privacidad a los chicos. —Le guiñó un ojo.

—¿Qué te gustaría hacer ahora? —Jenny estaba bastante cerca del rostro de Tad y le acomodó el flequillo que por estar mojado a Tad se le había quedado pegado en la frente—. Listo, ahora sí te ves guapo. —Le sonrió.

Vacaciones [2]: Búsqueda en territorio seyrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora