Capítulo 1: Hogar dulce hogar

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TAD

¡Wohoo! ¡Vacaciones al fin! Este año había sido, para mí, un año lleno de sorpresas, buenas y malas. Había quedado dentro de los catorce chicos que pasaron a la Quinta Prueba; le había confesado mis sentimientos a Stacey en una carta, ¡había sido su pareja en los combates de la Cuarta Prueba!; los seyrens nos habían atacado, pero pudimos conocer a uno de ellos: Smoke. ¿Qué habrá sido de él? No pudimos volver a verlo cuando se escapó de Volto.

Pero en fin, el año ya se estaba acabando y ¡ahora finalmente las vacaciones estaban comenzando! Y estas vacaciones eran especiales, ya que habían sido adelantadas: ¡Cuatro meses para pasarlos como más quisiera! Sin horarios, sin situaciones estresantes, ¡puro descanso bien merecido!

—¡Tad! —Un par de pequeños mellizos fantasmas corrieron a abrazarme apenas me vieron llegar a mi casa.

—¡Qué bueno que volviste antes de la escuela! —me gritó la niña mientras volaba para abrazarme o más bien colgárseme del cuello. Estas criaturas quieren matarme, cada vez rectifico más esa teoría. Ahora que lo pensaba bien, quizá no fueran vacaciones muy relajantes después de todo.

—Auch, también me alegra verlos. —Les sonreí—. Pero no es necesario gritar... ni estrangular —agregué, desprendiendo a mi hermana de su agarre.

—Discúlpalos —intervino nuestro padre, excusando a sus pequeños "angelitos"— en la guardería de niños deben gritar mucho para poder ser escuchados.

—¿Quieres... quieres jugar con nosotros? —me propuso el niño, mirándome con sus grises ojos suplicantes.

La verdad es que eran adorables ¡pero tenían demasiada energía! Justo en ese momento mi celular comenzó a sonar. Un mini paro cardíaco se apoderó de mi corazón, ¿sería Stacey? ¿Habría leído mi carta?

—Oh, disculpen —les dije a los pequeños demonios, digo, a mis hermanos—. Voy a atender la llamada, ir a mi habitación a desempacar y luego jugamos ¿sí?

Volé en modo intocable atravesando las paredes hasta mi habitación, mi corazón latía rápido.

Apenas llegué, cerré la puerta y atendí el teléfono. Solté un suspiro de alivio y de desilusión a la vez al ver el remitente de la llamada: era Flux.

—¡Tad! ¿Ya llegaste a tu casa? —Fue lo primero que dijo mi amigo en cuanto lo atendí.

—Recién acabo de llegar, ¿por qué llamabas? ¿Ya me extrañabas?

—Ja, no. Llamo para contarte que ¡tengo una cita con Kiara mañana!

No pude evitar dejar escapar una risita.

—¿Kiara? ¿La chica "no es nada serio, es una amiga"?

—Bueno, sí... creo que me gusta... un poco. —Sonreí poniendo los ojos en blanco, a Flux le costaba mucho admitir sus sentimientos—. Pero la cuestión es —continuó mi amigo— que necesito que me acompañes.

—¿Qué? ¿A tu cita? ¿Para qué? —Arqueé una ceja, eso no tenía mucho sentido.

—Verás, vamos a ir al nuevo parque de diversiones que inauguraron hace poco, y ella va a ir con su amiga Jenny y me pidió que te invitara también, ¡vamos, va a ser divertido!

Así que la cita de Flux era en verdad una cita doble.

—No lo sé, no quiero ir a una cita doble —le contesté sinceramente.

—¿Por qué no? Jenny es linda.

—Sí, pero no me interesa Jenny, es que yo... —bajé mi tono de voz en esta parte, había que ser precavido, no se sabía quién podía estar escuchándote en esta casa— le escribí una carta a Stacey, le confesé mis sentimientos y estoy esperando que me responda, no puedo ir a una cita con otra persona después de haberle escrito algo así.

Vacaciones [2]: Búsqueda en territorio seyrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora