Simplemente nada.

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Capítulo 7.

Damon's pov.

Elena nos ve atentamente, su rostro está lleno de tristeza.
Tomo la mano de Camila y la bajo del ataúd, ella se para a mi lado, ambos observamos a la chica frente a nuestros ojos.
-Elena...- la voz suave de Camila corta el silencio.

-Basta, no digan nada, sabía que esto sería así.- Su mirada se posa en mí, las lágrimas empiezan a salir.

-Lo siento.- murmuro. Ella cierra los ojos fuertemente y vuelve a abrirlo, sale de la cripta no sin antes mirarnos.

-¿Ves lo que has ocasionado, Damon?- Stefan me ve y niega.

Me sentía culpable por lo que acababa de pasar, pero no podía sentirme triste o enojado; poco a poco empiezan a salir todos, hasta que quedamos solo Camila y yo. Giro a verla y tiene su mirada perdida, está volteando al suelo.

-¿Cam?- Levanta la mirada y me sonríe.- Sé que esta no es la bienvenida que querías, pero no dejemos que esto nos afecte.- frunce el ceño.

-No puedo solo ignorar esto Damon, yo ya pasé por esto, no es muy grato.- Levanta los hombros.- Tal vez debemos esperar a que las aguas se calmen.- Suelta mi mano y sale al exterior.

El camino hacia la casa estuvo lleno de silencio, al bajar ella sonríe al observar la casa.

-Siento como si hubiera sido una eternidad.

Tengo miedo de como vayan a reaccionar todos al ver que ella se quedará aquí. Toma el picaporte de la puerta y gira.
Todos se encuentran en sus asuntos y no veo a Elena por ningún lado.

-¡Tía Camila!- Las niñas corren hacía ella, ambas con sus ojos llorosos. Camila se inca y las abraza.- Te extrañamos.- Ella se queda hablando con las pequeñas y yo me acerco a Stefan.

-Hermano, ¿Dónde está?

-Sacando las cosas de tu habitación- Bajo la mirada; suspira.- entiendo porque lo hiciste.- Giro a verlo.- Ambos sabíamos que ella saldría herida, pero lo hiciste por amor, me alegra que seas como antes hermano.- palmea mi espalda.- Me alegra que sientas.

-Gracias.- Asiento.

A pesar de los incómodos momentos en los que Elena se cruzaba conmigo, la tarde la pasé bien; al llegar la noche, las cosas se pusieron un poco tensas.



-Dormiré en mi habitación Damon.

-¿Pero qué dices? Puedes quedarte aquí.- Ella niega.- vamos, ¿Qué pasa? Acabo de recuperarte.- Me dejo caer en la cama y tapo mi rostro desesperado.

-Ella no merece esto.- Se inca frente a mí.- Damon, agradezco lo que tú, Klaus y Bonnie hicieron por mí, sin ustedes no estaría aquí, pero no vine a seguir dañando a Elena.

-¡Me estas dañando a mí!

-Por Dios, Damon, ¿podrías dejar de pensar en ti por un momento?- Ella grita, pasa su mano por sus labios y se da la vuelta, dándome la espalda. Me quedo en silencio; me pongo de pie y me dirijo hacia ella y la tomo en mis brazos, cruzándolos por su estómago, ella posa sus manos encima de mis brazos y empieza a llorar.- No sé qué hacer.- Niega.

-shh, no tienes que decidirlo todo en una noche.- Beso su cuello.- Ve a descansar.- Ella se gira entre mis brazos hasta quedar frente a frente, me da una sonrisa débil. Acaricio su espalda por debajo de la camiseta, cierra los ojos al instante.

-Extrañaba tanto eso.- Recarga su cabeza en mi pecho.- También escuchar tu corazón latir.- Tomo su cara entre mis manos y trato de besarla, ella aparta su rostro.- Buenas noches, Damon.- sale d ela habitación.

Durante una semana estuvimos así, solo hablando causalmente con todos en la sala, ella dormía en su habitación, yo en la mía. Las cosas se veían más tranquilas; Elena hablaba con ambos normalmente, aunque conmigo estaba un poco más distanciada.


Pero una tarde toda esa tranquilidad se fue; nos encontrábamos charlando, esperando a que la comida china, por petición de Caroline y Bonnie, llegara para cenar.

La puerta suena y Enzo se levanta abrir; yo solo podía observar la belleza de mi chica sentada en el sillón frente a mí, siente mi mirada y me ve, solo niega.

-¿Qué haces aquí?- Escucho a Enzo y me levanto a ver.

-Vengo a cobrar lo que me deben.

-¿Lo qué te debemos?- Me paro frente a él, impidiendo el paso.

-Está bien, Damon, la deuda es conmigo.- Stefan se para y me toma del hombro para que me calme.

-Stefan ¿De qué hablas?- Caroline se trata de acercar.

-Oh, ¿No te dijo, amor?- Stefan le da una mala mirada.- La vida de su hermano tenía un precio, necesito soldados para mi equipo, ¿Y qué mejor que el destripador?- Sonríe. Stefan evita la mirada de Caroline. – Ah, pero eso no es todo, ¿Querida?- Extiende una mano. Frunzo el ceño.

-Pensé que tendría más tiempo.- Escucho la voz de Camila al fondo, giro a verla y ella tiene la mirada conectada con Klaus.

-¿Dé que hablas? Ella no te debe nada.- él no me responde y solo mueve la mano. Giro a ver a Camila y ella camina hacia nosotros.- Alto, ¿qué quieres a cambio?- Ella llega y toma su mano. Ella me ve y niega.

-Tranquilos, los cuidaré bien.- sonríe.

-¡Stefan, no! ¿Qué pasa?- Caroline trata de acercarse más y Enzo la toma.

-Quédate ahí, amor, no quiero hacerte daño.- Klaus la ve serio. Tomo su brazo y lo jalo hacia mí.

-No te los llevarás a ningún lado.- Se suelta y me lanza hacia la sala. Forcejeamos y al final me toma del cuello y mete su mano a mi pecho.

-¡No!-Grita Elena. Camila aparece a un lado de nosotros.

-Suéltalo, Klaus, por favor, esto no era parte del trato.- su voz se quiebra, me ve y vuelve a verlo a él.- Por favor, te lo ruego, suéltalo, haré lo que quieras.- Eso es suficiente para captar su atención. Me suelta, caigo al suelo y doy un respiro profundo, Camila toma mi rostro.

-Ya sé qué harás, es obvio que él será un problema para los tres; si yo te pidiera que lo mataras.- Ella niega rápidamente.- Ya lo sé, no lo harías.- ella roza su nariz con la mía.- Aparte no sé si llegues al nivel de mi destripador.- Camila me mantiene junto a ella, empiezo a recuperar mi estado normal.- tus emociones nublan tu juicio.- Ella mantiene el aire.

-No.- digo yo. Ella me hace una seña para que me quede callado.

-¿Los dejarás en paz?- Puedo escuchar el dolor en su voz. Klaus asiente. Ella copia su acción.- Bien.

-No, no lo hagas, nena, acabo de recuperarte.

Ella junta nuestras frentes y cierra los ojos, acerca sus labios con los míos, al finalizar el beso se queda un momento en silencio. Estoy desesperado, quiero evitarlo; ella me sujeta el rostro con ambas manos.

-Por favor, Cam.- No puedo evitar que las lágrimas salgan.

-Shh.- acaricia mi mejilla.- Te amo.- Cierro los ojos.

De un momento a otro ella me suelta, aún sin abrir los ojos, y se queda sentada. Abre los ojos y siento que mi corazón se desmorona. Sus ojos que mostraban felicidad en todo momento no transmiten nada; ella se pone de pie.

-Listo, vamos Camila, Stefan; agradezcan sus servicios, los mantienen a salvo.- Ambos salen y Klaus se regresa.- Gracias también a ti, Elena.

No Rules. |Damon Salvatore| Segunda Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora