Nueva Orleans

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Klaus POV.

-¿Qué has hecho que?- Stefan se levanta del sillón, y se para frente a mí, retándome.
-Ella me lo pidio, Stefan, no podía decirle que no.- levanto los hombros.
-Claro, solo tenías que decirle que no.
-No entiendes, estaba al borde de la locura, esto puede despejar su mente.
-No sabes lo que estas diciendo, ella no volverá a ser igual después de esto.
-Suficiente.- capta nuestra atención.- su pelea sin sentido esta aburriendome.- Esta cruzada de piernas en la silla, viéndonos a ambos.
-Cam.- Bonnie habla.- no necesitas hacer esto, vamos a encontrar una solución, juntas.-le sonríe.
-Creo que si tu pudieras hacer esto, lo harías.- Bonnie es la primera en cortar la mirada con ella.
-Camila...
-Voy a detenerte ahí, Stefan, porque no quiero seguir oyendo tus sermones.- Se pone de pie.- Klaus, Caroline me contó que una vez me ofreciste conocer el mundo, pero nunca acepto- Giro a ver la rubia, quien baja la mirada, volteo a ver a Camila.- ¿Nos vamos?- Mueve las llaves de su auto frente a mí.- Te espero afuera.
Sale y la habitación se queda en silencio.
-La cuidaré Stefan, lo prometo.
-Trata de que no se meta en problemas.- Asiento y salgo de la casa.
-¿Te quedarás parado ahí toda la vida? No me hago joven.- Se queda pensando, subo al carro.- Cierto, ventajas de vampiro, me veré bien siempre.- Me guiña un ojo.-¿A donde iremos?
-Nueva Orleans.

Tal vez esto había sido un error, pero ella se estaba divirtiendo, no podía decir que estaba feliz porque no siente pero algo había en ella.
Paseábamos por la plaza, había pintores por todos lados, ella observaba  cada una con gran detalle, me gira a ver  y me sonríe, mientras baila al son de la música.

-Esto sabe, ¡delicioso!- Da otra mordida. Ella lo esta llevando bien.- ¿Como dijiste que se llaman?
Suelto una risa, me acerco y limpio con mi pulgar la comisura de su labio, lleno de azúcar.
-Beignets.- mantiene la mirada conmigo.
-No entiendo.- Se recarga en su silla.
-¿Qué cosa?.- Doy un trago a mi bebida.
-Porque todos te tienen miedo.- ladea la cabeza.- Si eres tan.- me señala con ambas manos.- No sé, así conmigo.
-Soy bueno contigo.- hago una pausa.- Porque tu me haces querer serlo.
- ¿Yo?.- frunce el ceño.- Pensé que era Caroline.- Sonrío.
- No voy a compararlas, cada una tiene lo suyo, amor, pero Caroline es feliz con Stefan.- su cara se pone seria.- Yo no.
- No importa Klaus.- Hace una mueca.- la verdad no me importa, y lo sabes.

Entramos a la casa.
-Wow, es como un castillo.- observa cada rincón.
-¿Klaus?- una voz proveniente de arriba me desconcerta.- Elijah y Rebekah habían vuelto días después de que no logramos nada en Mystic Falls. Mi hermano baja acomodándose la corbata.- No sabía que tendríamos compañía.- Se acerca a ella y le extiende la mano, dando una ligera reverencia.
-Ni yo lo sabía, fue de improvisto.
Ella acepta el saludo e imita su reverencia colocando las manos a sus costados, simulando sujetar un vestido.
-Eres bienvenida el tiempo que quieras, Camila.
-Me sentiré como una reina en su castillo.- levanta las cejas.
-De hecho, este castillo ya tiene su reina, ¿no es asi, Niklaus?- Sonrio ante la acción de Camila, tiene una ceja levantada, cuestionándome.
-Hayley.- suelto.
-Debe estar dormida, es más de media noche.- Camila froza una sonrisa.

Tras una cuanta charla más, Elijah se va, Camila se desapareció unos minutos después de que él y yo empezáramos a hablar.
-Amor.-hablo pero nadie responde. La encuentro, paseando por los pasillos, observando las grandes pinturas de nosotros colgadas en la pared, parece estar metida en sus pensamientos que no nota que estoy tras de ella. Da vuelta en una recámara y entra a mi habitación.- Camila.
-Lindas pinturas.- dice sin despegar la vista de los bastidores.
-Es mi forma de expresarme.- gira a verme.
- ¿Porque me trajiste aquí, Klaus?
- Este ha sido mi hogar, aquí crecí, yo cree esta ciudad, y quería compartirla contigo, cuando apagas tus emociones que mejor que un lugar donde hay fiestas por la noche y toda la sangre que puedas beber.- me da una sonrisa de lado.
A pesar de querer divertirse, se quedo dormida en mi recámara después de hojear un cuaderno de bocetos.
Esta mentalmente agotada no tiene la libertad que otros sin humanidad tienen.

-Apagalo.- sus ojos van perdiendo ese brillo poco a poco.- Pero no dejaras que el frenesí de matar de lleve al descontrol, tendrás que estar conmigo todo el tiempo, para que pueda vigilarte, y en cuanto yo te pida que lo enciendas, lo harás. No recordaras esta conversaciónhasta que sea el momento.

Confío en que ella no se volverá un destripador porque yo me aseguraré de eso.

-Aquí si que empiezan la fiesta desde temprano.- Camila entra al comedor y se queja de la música proveniente de las calles, se sienta a mi lado y me ve.- ¿Porque me dejaste dormir anoche? Pensé que buscaríamos diversión.
-Tenemos mucho tiempo, amor.- Elijah se une a nosotros junto con Rebekah unos segundos después.
-Que adorable, más mascotas Klaus.
-Ignorala, se desquita con nosotros porque Marcel no le hace caso.- le sonrío.
-Buenos días.- la castaña se sienta frente a mí y sonríe.
Veo a Camila inquieta removiendose en tu asiento.
-No nos han presentado, Camila Fraure.
-Hayley Marshall, un gusto.
-Marshall, ¿Familiar de ustedes? Porque no tiene su apellido.- recarga el brazo en la mesa y sostiene su cara en su mano, viéndome.
-Hayley es parte de la familia.- Elijah capta su atención.- Gracias a mi hermano.
-Bueno, no puedo negar mis encantos.-Hayley pone los ojos en blanco.
A esta última apenas se le notaba así que Camila aun no estaba al tanto.
-No entiendo.
-Pon atención, escucha.- levanto un dedo.
Todos en la habitación se quedan callados.
Camila ve atenta a Hayley, y puedo ver que su rostro se ilumina un poco al darse cuenta, pasa su mirada del estómago a la cara de Hayley.
-Un bebé Klaus, wow, esto me interesa.- Ambas se sonríen.

No Rules. |Damon Salvatore| Segunda Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora