Ángel

Capítulo 12

12

-Sí alguien te vuelve a preguntar si tienes novio o también un "¿Quieres ser mi novia?" le respondes que no, que ya tienes novio ¿Bien?

-Está bien, pero aún no me has dicho que es lo que significa esa palabra Inuyasha. Recuerda que no puedo mentir – dijo Kagome aceptando lo que le acaba de decir. El peli plata trago duro.

-La palabra novio es alguien al quien tú le tienes mucha confianza, lo quieres mucho, lo amas, en algunas ocasiones viven juntos, dependen del otro y también... hacen cosas de parejas.

-¿Besarse y tener relaciones sexuales?– Inuyasha asintió nervioso - ¿Pero eso no solo lo hacen cuando son cónyuges? – pregunto recordando lo que había leído en unos de los libros del reino celestial.

-El mundo ha cambiado, ahora todo se hace al revés- Kagome formó una mueca con sus labios, sí que el mundo humano había cambiado.

-El deseo carnal superó – murmuro Kagome comprensiva – Entonces, por lo que me dijiste ¿Tú eres como mi novio Inuyasha? – pregunto inocentemente Kagome analizando las palabras dichas por él.

Ella le tenía mucha confianza a él, lo quería mucho-aunque ella no se lo haya dicho- vivían juntos y Kagome dependía mucho de Inuyasha, su sonrisa de todos los días era por él, por su presencia.

-Ahm, bueno...- el significado que él había dicho sobre la palabra "novio" fue pensada en como él se sentía con Kagome.

Inuyasha tenía muy en claro que la necesitaba, la quería, no, la amaba. Su humor, sus sonrisas de todos los días se lo debía a la presencia de Kagome, de su ángel.

– Algo así Kag – tal vez se estaba aprovechando de la ingenuidad de la azabache, pero lo prefería a que ella algún día llegase con un chico llamado "novio", no lo toleraría y se abalanzaría a la supuesta pareja a molerlo a golpes, nadie tocaría a su ángel, nadie.

-Entonces creo que tengo a un buen novio – sonrió Kagome con inocencia.

Después de tener esa conversación Kagome se interesó un poco por el trabajo del peli plata. Inuyasha al fin le había revelado su oficio, era jefe de una de las empresas de sus familias, Inuyasha pertenecía a una familia de alta sociedad.

Esa había sido la charla que había tenido hace unos días, a partir de aquella tan peculiar conversación, rechazo a todos los jóvenes masculinos que se ofrecían a llevarla a algún lado, recalcando siempre que tenía novio. No entendía el por qué los muchachos lanzaban una sonora exclamación y maldiciendo al cielo al escucharla decirle su estado civil, tal vez y eran costumbre de humanos.

-¿Cómo te fue hoy? – pregunto Inuyasha mientras cenaban uno en frente del otro.

-Muy bien, todos los días aprendo muchas cosas. Hoy las funciones de nuestros organismos, los nervios y la parte ósea, todo es muy interesante y me encanta Inuyasha – dijo prestando suma atención a la sabrosa lasaña preparada por la anciana Kanna.

-Y... ¿Ya tienes algunos compañeros? – pregunto disimulando no tener mucho interés.

-Amm... solo algunas chicas, los chicos por alguna extraña razón huyen de mí cuando les digo que tengo novio – Inuyasha sonrió socarrón – Excepto Hoyo, es un muy buen compañero, deberías de conocerlo es un chico muy listo – Inuyasha blanqueo los ojos y clavo con fuerza el tenedor en la porción de lasaña.

-No gracias. No quiero conocerlo. – respondió tajante y molesto por el interés que la azabache tenía por el desconocido ese.

-Estudia administración, tal vez y en un futuro trabaje para la empresa de tu familia.

-Lo dudo. Somos muy exigentes en la selección de futuros empleadores – con enojo mastico su bocado de comida. Kagome notó la tensión, tomo un sorbo de jugo de naranja-su favorito desde que llegó- y se puso de pie.

-Gracias por la comida. Tengo tareas que hacer, nos vemos mañana – pensó que lo mejor era dejarlo solo, no parecía de un buen humor, dejo la cocina dejando al peli plata solo, confundido y molesto consigo mismo.

Subió las escaleras de dos en dos, la molestia en el hogar de Inuyasha ya era habitual en ella. Se molestaba por sus sentimientos y por los cambios de humor del peli plata, Inuyasha era el personaje principal de su enojo, de sus sentimientos, de sus pensamientos y de los deseos que empezaba a sentir y que en el reino celestial serían un pecado para cualquier ángel.

Entró a su habitación y cerró la puerta, pero esta no se escuchó al cerrarse, se giró y se encontró con la silueta del peli plata impidiendo la finalización del trabajo de la puerta de madera.

-¿Qué haces? – cuestiono en un hilo de voz Kagome, estaba nerviosa, su presencia la perturbaba, la incitaba al pecado.

-Lo siento. Ya no puedo contenerme – y sin dejarla reaccionar, cerró la puerta y dio dos grandes pasos hacía ella.

Sostuvo el rostro perfilado de la azabache en sus manos y la acercó al suyo, atrapando sus labios en un suave, lento y ansiado beso. Kagome no movió sus labios, no sabía lo que estaba pasando, lo que estaba sucediendo, pero si estaba segura de una cosa: Le gustaba sentir los labios de Inuyasha en los suyos, en su piel.

-Solo mueve tus labios mi ángel – susurro Inuyasha separándose milímetros, no estaba dispuesto a separarse más que eso.

Volvió a atrapar los labios de la azabache y está vez, ella con timidez empezó a moverlo, siguiendo el ritmo de los de Inuyasha, cerró sus ojos y siguiendo su instinto, elevo sus manos y se sostuvo del cuello bronceado del peli plata, quien con su otra mano la acercó desde su fina y curvada cintura.

-¿Esto es un beso? – pregunto en un murmuro Kagome cuando pararon por falta de aire aún sin abrir sus ojos.

-Sí, es un beso – Inuyasha apoyo su frente con la de ella, inclinándose un poco más y atrapando con sus dientes el labio inferior, haciéndole lanzar a Kagome un involuntario suspiro.

-¿Por qué? – Kagome sentía ambas respiraciones entrecortadas.

-Porque eso es lo que hacen los novios de verdad – Kagome sonrió y se abrazó aún más a él.

-Eres un muy buen novio Inuyasha – río y se volvieron a besar.

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Espero y les haya gustado ;)

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¡Nos leemos!