Capítulo 21

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21

Kagome trataba de hacer tiempo, estaba caminando en círculos con el pretexto de que no recordaba bien los caminos del reino celestial por estar tanto tiempo en la tierra.

Y su tiempo había sido aprovechado muy bien para los reyes y el dios Bankotsu, quienes se prepararon y prepararon a los guerreros, ángeles y ninfas, esta vez no lo tomarían desprevenidos. Estaban en formación, listos para atacar a quien fuera una amenaza para el reino celestial.

°°°

La puerta de la mansión de Inuyasha no dejaba de sonar, un desesperado Koga la tocaba sin cesar. Esa mañana al despertar, repentinamente había dejado de sentir el aura de su amiga, el ángel Kagome, por lo que rápidamente se preparó y fue en busca de ella.

De una patada ágil, abrió la puerta.

-Eso lo pagaras – una voz potente a sus espalda se escuchó, aquella voz pertenecía a un aura sumamente poderosa.

-Arcángeles – susurro Koga e inmediatamente se puso de rodillas con su cabeza inclinada.

-Ponte de pie guerrero, tenemos que ir al reino celestial – declaró Inu No completamente serio al igual que su esposa. Izayoi paso de largo y empezó a subir las escaleras al no ver a su hijo, Koga se puso de pie.

-Señor... - el arcángel de la guerra, extendió su mano haciéndola brillar, haciendo aparecer una armadura y armas para Koga.

-Rápido, ponte eso, nos marchamos – Koga asintió y se empezó a preparar sin cuestionar.

-¡Inu No! – la voz de su esposa desde el según piso lo hizo trotar por las escaleras. Llego a la habitación de Kagome encontrándose con su esposa y con su hijo en brazos de ella, estaban en frente de un armario.

-Ella se fue... - escuchó el murmuro apagado de su hijo.

-Volverá, lo prometo – dijo Izayoi apartándolo – Volverá, nosotros la traeremos de vuelta – prometió para su hijo y para ella misma.

-Es hora querida.

Bajaron las escaleras uniéndose con el guerrero, salieron al jardín y ambos arcángeles brillaron volviendo a su forma natural y en el proceso empezando a transportarse a su antiguo hogar.

°°°

Los cuerpos de los guerreros celestiales caían al igual que los seguidores oscuros de Naraku, esta vez nadie huiría, todos pelearían por lo que deseaban. Kagome al igual que sus compañeros ángeles luchaban mano a mano con los seguidores oscuros, algunos ángeles más antiguos luchaban con espadas, lanzas y flechas o utilizaban su poder de la perla.

Naraku resistía a los golpes de poder que recibía de los reyes, Bankotsu le era imposible ayudar a sus padres, varios seguidores se le abalanzaban sobre él, dispuestos a terminar con su vida.

-¡Bankotsu! – grito Kagome al verlo debajo de los cuerpos de los seguidores, se encontraba bastante herido.

-¡Kagome usa tu poder! – le grito la sabia Kaede a la lejanía.

-¡No puedo sabia Kaede!

-¡Sí, puedes, concéntrate en que quieres proteger tu hogar!

Kagome guardo silencio y cerró sus ojos concentrándose, quería proteger su hogar, a sus superiores y sobre todo quería proteger la tierra para que ningún mal volviera a invadirla e Inuyasha corriera peligro.

Su luz empezó a intensificarse y en sus manos apareció un arco resplandeciente, abrió sus ojos y con una sonrisa de victoria empezó a lanzar flechas de luz en dirección a los atacantes del Dios Bankotsu, terminando con su vida purificando su alma.

-Dios Bankotsu ¿Está bien? – Kagome corrió a él arrodillándose a su lado.

-Cuanto te he extrañado mi ángel Kagome – con dolor Bankotsu sonrió, Kagome se preocupó – Ahora, me vendría muy bien tu curación – Kagome asintió y poso sus manos en las heridas curándolo a los segundos.

Bankotsu se puso de pie en cuanto vio como más seguidores se acercaban a ambos, dispuestos a todo.

-¿Estás preparada? – pregunto poniéndose en pose de ataque con su espada lista para acabar con el mal.

-Lista para protegerlo Dios – Kagome preparo su arco y las flechas de luz purificadoras.

El rey del reino celestial empezaba a agotarse, su poder celestial era inferior al poder oscuro del ángel de la oscuridad.

-¡Valla! – exclamo Naraku al verse ya victorioso - ¡Al parecer alguien dejo de practicar!

-¡Termina con esto Naraku!

-¡Nunca, yo debería de poseer tú poder, no ser un mediocre ángel! – con furia le respondió - ¡Aunque ahora no me quejo, ahora soy más fuerte que tú!

-¡Ya has dejado en claro tú poder superior al mío! ¡Termina con esto!

-¡Ahora quiero terminar con tu vida y ocupar tu puesto! – y el reino celestial tembló en cuanto el rey fue lanzado por los aires, terminando en el suelo de batalla herido, Naraku empezó a acercar blandiendo su espada.

-¡Es tú fin hermano! – y Naraku apunto de apuñalarlo fue lanzado por los aires al ser tomado desprevenido por sus alas oscuras.

Inu No se puso delante del rey protegiéndolo, Izayoi curaba al mar herido rey mientras lo ayudaba a ponerse de pie.

-Ahora nosotros nos encargaremos señor – dijo Inu No antes de lanzarse al campo de batalla, con solo un objetivo, eliminar a Naraku. 

°°°

No se olviden de comentar mis queridos.

¡Nos leemos!

ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora