3. Bloodlines

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Amaba los días donde mi descanso era completado, aunque hoy no era uno de esos días. El desesperante sonido de mi teléfono interrumpió mi descanso y con gran pesar lo tome deslizando vagamente mi dedo por la pantalla, después de algunos intentos pude contestar.

—¿Qué?—mi voz salió ronca

—¿Ciara?—la voz del otro lado de la llamada se me hacia vagamente familiar.

—¿Qué?—volví a preguntar de mala gana.

—Soy Stefan ¿Elena está contigo?—la desesperación era notable aún en mi bruma somnolienta.

—¿Stefan? No, Elena no esta conmigo ¿Qué ocurre? ¿Cómo diablos conseguiste mi número?—pregunte más despierta.

—Eso no importa, luego te explico, si sabes algo llámame—y con eso termino la llamada.

Después de procesar la corta llamada de Stefan decidí muy a mi pesar alistarme para la escuela, esta vez me tome mi tiempo, no había prisas.

Al salir de mi habitación pude notar a papá en la esquina, donde se encontraba el ordenador, el se encontraba perdido en una foto de mamá, recuerdo haberla tomado el día que me regalaron mi primera cámara.

———

Mis ojos estaban cubiertos por las manos de mi mamá, ella me tenia abrazada a su cuerpo, podía sentir su risa en mi espalda.

Cariño, quédate quieta por favor— pidió entre pequeñas risas.

Pero mamá, quiero saber cual es mi regalo—dije con irritada. Ese día era mi decimoprimer cumpleaños, la habíamos pasado en familia, solo nosotros 3.

Ciara, eres tan inquieta—escuché a papá acercarse—, como una ardilla.

¡Eso no es cierto! Yo puedo quedarme quieta si lo quiero—me cruce de brazos—Solo que ahora no me da ganas. ¡Y no soy una ardilla!

Ambos rieron. Cuando mamá destapó mis ojos, pude ver una caja con envoltura café frente a mi, sin mirar a mis padres y como si mi vida dependiera de ellos, rasgue el papel para abrir la caja, la emoción explotó dentro de mi al ver una pequeña cámara, era simple y bonita, perfecta para alguien que recién comenzaba.

Para que captures cada momento precioso de tu vida—dijo mi padre depositando un beso en mi frente.

¿Que será lo primero que captures, pequeña?—pregunto mamá y yo sonreí.

—Esto.

Encendí la cámara y apunte a papá, el sonrió y entonces tome la foto, sonreí orgullosa, no era la foto perfecta pero era demasiado buena para alguien de 11 años, repetí el procedimiento con ella, plasmando ese momento en una sola fotografía.

——

Me acerque a él para abrazarlo por la espalda, aspirando su aroma como si fuera la última vez que lo olería.

—¿Papá?¿Estas bien?—mi voz salio suave y me alejé tomando la taza de café de sus manos.

—Lo siento estaba pensando—su voz salio un poco distante pero centrada, algo estaba ocupando su pensamiento. Entonces volvió a la tierra cuando me vio tomar de su café el cual contenía Bourbon—. No deberías beber tan temprano, es más no deberías beber y punto.

Oscuridad [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora