25.-By the Light of the Moon

52 6 2
                                    

—¿Stefan?—su nombre rebotó entre las paredes de la tumba subterránea. Tiré la bolsa de campaña que contenía una almohada, cobija y un libro—Stefan sal, vengo sola.

Mientras esperaba su respuesta o mejor aun, su presencia, comencé a sacar los libros de mi mochila y me acerqué a sentir la magia que corria por el lugar, no tenia idea de lo que haría o si funcionaría, pero el no hacer nada me estaba matando. 

—No debes estar aquí—su voz me hizo levantar la mirada y sonreír con burla.

—¿Me lo dices a mi o a ti?—tomé la bolsa dejándola más cerca de él—Te traje una cobija, almohada y como matar a un ruiseñor.

—Gracias—me regaló un pequeña sonrisa mientras metía las manos en las bolsas de su pantalón—¿Y Elena?

—Supongo que está en casa—me encogí de hombros.

—Damon me dijo lo que hicieron—fue directo al grano.

—Sí, al parecer no fuimos las únicas que fracasaron con su plan.

—¿Tú crees?—preguntó con burla—Conseguimos la piedra.

—Pero tú estás encerrado—contesté dejando ver mi disgusto—, y yo viva, desde mi punto de vista eso es un fracaso.

—Depende de a quien le preguntes—la voz de Katherine anunció su presencia.

—Obviamente no a ti—la miré mal antes de volver a Stefan—¿Cómo estás?

—Estamos exelente—Katherine respondió—. Nos divertimos tanto.

—Juro que voy a romperte el cuello si vuelves a hablar—la amenace.

—Por muy entretenido que fuera eso—Damon habló a mis espaldas tomándome por sorpresa—, debo preguntar ¿Qué haces aquí?

—Vine a ver a Stefan.

—Creí que uno de los dos estaría con Elena—Stefan habló.

—Está con Bonnie—el ojiazul respondió—, está a salvo, creó un sello para que no salga de casa.

—¿La atrapaste en su casa?—Stefan preguntó incrédulo.

—Es para mejor, confía en mi—le contestó para luego mirarme—. Tal vez deba hacer lo mismo contigo.

—Mi prioridad en estos momentos es sacar a Stefan, no morir—rodé los ojos.

—Lo dudo—contestó—, Elena está dándosela de mártir, rivaliza con tus mejores éxitos.

—El que la encierres en su propia casa no ayuda—me recargué a lado de Stefan pero sin entrar a la tumba, no iba arriesgarme a no poder salir.

—Deberian sentirse orgullosos de que la bruja y yo nos estamos llevando bien—alzó el bolso de cuero que traía en manos—. También te traje algo, un regalo, velas, linternas y... almuerzo.

Damon le tendió una botella de sangre.

—Si me das eso, voy a tener que compartirlo con ella—señaló a la vampiro a sus espaldas.

—No hay ley que te obligue—me encogí de hombros—, así que puedes beberla sin preocupación.

Alzó una de sus pobladas cejas con escepticismo. Stefan podía ser muy moralista en los momentos menos oportunos.

—Sí—Damon masculló.

—¿Saben?—Katherine habló y dirigió sus palabras a los hermanos—Ustedes dos están sorprendentemente tranquilos, considerando que Klaus los va a buscar y matar, si arruinan su pequeño plan.

Oscuridad [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora