Brusquedad. De esa forma era tratado mi cuerpo inconsciente, mientras mi cabeza rebotaba constantemente sobre una superficie dura y cálida, provocando un dolor taladrante en el costado derecho de mi cráneo. La imagen de mi ultimo recuerdo llegó explicando la razón de aquel molesto dolor.
Un quejido escapó de mis labios al sentir mi cuerpo ser depositado con escasa delicadeza sobre algo mullido en una incomoda posición en la que alguien me empujaba. Lentamente abrí los ojos sin captar la molesta luz o sentir sensibilidad por esta. Un techo viejo, mohoso y viejo fue lo primero que vi entre auras borrosas, tratando de reconocer el lugar sin éxito alguno.
Algo me empujó más mientras peleaba por ganar mi conciencia y no caer en sueño de nuevo. Los sonidos eran distantes, como ecos intercalándose con un zumbido silencioso que viajaba a través de mis tímpanos.
—Por favor—una suplica casi inaudible logró sobreponerse ante tan constante pitido—, estoy herida.
—Lo sé—confirmó una voz masculina con deseo. Mis ojos buscaron el dueño de aquella voz topandome con una espalda, una cabellera masculina larga y unos tenis negros vagamente familiares—. Solo una probadita.
—No—la primera voz se escuchó más fuerte y temerosa, mientras sentía patadas en las piernas—. Ciara.
—Elena...—susurré débilmente viendo como el hombre se acercaba a ella—déjala.
—¡Trevor!—una tercera persona apareció. Una mujer—Contrólate.
Mi cabeza cayó con la vista en aquella mujer tratando de analizarla entre los mareos y el cansancio insistente. Aquella mujer era alta y esbelta e inclusive entre la vista tambaleante, lucia hermosa.
—Aguafiestas—el ahora reconocido como un vampiro, se puso de pie y se alejó.
—Ciara—Elena se acercó a mi y con cautela tocó la zona adolorida provocando un siseo de dolor por mi parte—. Ella está herida, tienes que hacer algo.
—Dios mio, lucen igual que ellas—aquella mujer ignoró el comentario de Elena mientras se acercaba.
—Pero no lo soy—Elena aseguró tratando de protegerme—, por favor lo que sea que quieras...
—Mantente callada—la interrumpió.
—No es Katherine—murmuré—, tienen a la persona equivocada.
—Mi nombre es Elena Gilbert—ella la encaró—. No tienes que hacer esto.
—Se quienes son—habló molesta de forma plural—dije que te mantuvieras callada.
—¿Qué quieres?
Al final de esa pregunta curiosa la mujer, en un impulso repentino, llevó su palma a la mejilla de la morena enviando su pequeño cuerpo al sofá sumida en una inconsciencia obligada por el golpe.
—Elena—balbuceé mientras la oscuridad me tomaba en brazos.
—Quiero que te quedes callada.
Fue lo último que escuché antes de volver a la inconsciencia.
[...]
El dolor ya no era tan molesto, se había vuelto soportable gracias a la preocupación que sentía por la doppelgänger. Mis dedos acariciaban débilmente su cabellera castaña mientras trataba de hacerla despertar sin dejar de poner atención a las voces de la otra habitación.
—¿Como va eso?—la mujer preguntó.
—Aun desmayadas—Trevor le contestó
—¿Ciara?—preguntó con la voz ronca y con el dedo la hacia callar.
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Oscuridad [EDITADO]
Fanfiction"La mayoría de nosotros estamos aprisionados por algo. Vivimos en la oscuridad hasta que algo enciende la luz y entonces descubrimos que hay más monstruos que personas, más mentiras que verdades. Descubrimos que incluso la luz tan blanca y pura, es...