5.Children of the Damned

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El sonido de la alarma era molesto, ¡Vete al diablo! grité mentalmente, la cabeza me taladraba, no salí de mi habitación durante el día anterior y cuando lo hacia mi padre me ignoraba, no habíamos vuelto a hablar desde nuestra pelea, y era desesperante, cada que intentaba hablarle, me daba la vuelta y se iba.

—¿Por qué tengo una alarma para el fin de semana?—me pregunté, me quede admirando el techo antes de tomar fuerza para levantarme, recogí la botella del baño y me di una ducha.

Salí de la habitación determinada a hablar con mi padre, pero no estaba me había dejado sola sin decirme. Estaba preparando mi comida cuando mi teléfono sonó, esperaba que fuera él, pero la pantalla decía otro nombre.

—Ciara, soy Elena—saludó al otro lado de la llamada—¿Puedes hacerme un favor?, tiene que ver con el diario de mi familia.

—Escucha Elena no es un buen momento para eso.

—Es urgente—me pidió—, Stefan y yo lo necesitamos.

—Siempre es urgente cuando se trata de ti—bufé— ¿Qué necesitas?

—Jeremy dice que le dio el diario a tu padre, queríamos saber si podías tomar de entre sus cosas.

—¿Por qué es tan importante ese diario?—ya sabía su función pero no sabia por que lo querían—Es decir, es mejor que este en mi casa a que este en la tuya.

—Solo encuéntralo y nosotros te explicamos—Stefan interrumpido, suspire y entré a la habitación de mi padre, botellas se esparcían en el lugar.

—Cómo ordenes—resoplé. Me acerqué a su estantería y no había nada que pareciera un diario—. No hay nada ¿Seguros qué él lo tiene?.

—Jeremy dice que sí—Elena dijo.

—Debe estar en la escuela—tomé una chaqueta y salí—. Iré por el, los veo en casa de Elena.

Caminé el tramo de la escuela sin prisa ni preocupación, ¿Por que los ayudo? Ellos no han hecho nada por mi, pensé, era cierto pero aun había algo que me hacia querer ayudar a Elena y no entendía que era.

La escuela estaba vacía, todo estaba silencioso, caminé hasta el salón de mi padre.

—¿Papá?—llamé—¿Estás aquí?

Los pasillos estaban oscuros, sentí algo tras de mi, me voltee y no había nada. Me puse alerta y seguí buscándolo, hasta acercarme a su salón dónde podía ver la figura de un hombre.

—No debiste hacerlo—era Stefan, sillas chocando se escucharon, junto con un quejido, me acerqué a ver que pasaba y mi padre estaba en el suelo.

—¡Stefan!—lo empuje y me acerque a mi padre, para ayudarlo a ponerse de pie—¡¿Qué mierda te pasa?!.

—Siéntate—le ordenó, noté que mi padre tenía estacas en la mano y el vampiro una bomba de aire, mi padre lo había atacado.

—¿Lo atacaste?—le pregunté, mientras se sentaba, el ojiverde se acercó y yo me interpuse—No te atrevas a tocarlo.

—¿Qué es? ¿ aire comprimido?—me ignoró—¿Lo hiciste tú?

—No, fuí yo—lo tomé de sus manos y él solo me miró.

—¿Quien eres?—le preguntó acercándose a mi padre y él se puso nervioso. Volví a cubrirlo con mi cuerpo—No quiero lastimarte, a ninguno de los dos, siempre y cuando no me ataque de nuevo.

—No lo hará—aseguré mientras se sentaba en la silla de enfrente.

—Dime ¿Quién eres?—volvió a preguntar Stefan, me senté en el escritorio.

Oscuridad [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora