36.- The Sun Also Rises

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Miré a Greta con tanto rencor, mi mente no encontraba razones suficientes para poder comprender su traición ante la naturaleza. Jenna gimió y me concentré en seguir frotando su espalda. Klaus la había matado con su sangre dentro de su sistema, Jenna era una candidata potencial para vampiro y el elemento a cubrir en el sacrificio.

—Mi cabeza—se quejó mientras se sobaba las sienes—¿Qué me pasó?

—¿Recuerdas algo?—Elena le preguntó.

—Me llamaste, tenías tanto miedo—Elena y yo nos miramos por su respuesta, y ella entendió—¡Tonta!, debí saberlo, no fuiste tú. 

—Descuida—suspiré tratando de aliviar su culpa—, Katherine hace un buen trabajo.

—En cuanto salí me atraparon, un vampiro.

—Klaus—su sobrina dijo—. Era Klaus.

—Me hizo beber su sangre y yo no... no me acuerdo de nada después de eso—se quejó y miró nuestro entorno—¿Dónde estamos? ¿Qué pasó?

—En el campo, él nos trajo aquí.

—¿Por qué no me acuerdo de nada?—estaba asustada.

—Jenna—Elena dudó—¿Ya olvidaste que te dije como se hace un vampiro?

—Sí, si te mueres con su sangre en tu sistema eso...—abrió los ojos hasta más no poder—. Ay no, él me mató.

—Hey—la llamé entrando en la conversación—, todo estará bien, vamos a sacarte de aquí.

—Soy vampiro—jadeó.

—Debes tener hambre—Greta se acercó.

Ambas nos pusimos de pie y sin darme cuenta, Elena corrió a ella.

—¡Elena!—corrí hasta donde Greta la había arrojado, quise correr pero un circulo de llamas nos había encerrado.

—No te molestes en intentar—me dijo cuando traté de consumir las llamas, pero estas se levantaron con más furia—. Yo cerré el circulo, están atrapadas, no importa lo que hagas.

—No por favor—la doppëlganger pidió—, Greta, déjala.

—Klaus ya la eligió—tomó una roca y cortó su muñeca sin hacer ninguna mueca—. Ahora bebe.

—Jenna, no bebas—le pedí, pero sabía que era inútil, su cuerpo lo ansiaba.

—No quiero—susurró.

—¡Déjala!—ni los gritos de Elena le impidieron clavar sus dientes y beber—¡No!

Estaba hecho, Jenna Summer era un vampiro. Greta alejó su mano y ella la miraba con ansias.

—Jenna—llamé—, estarás bien.

Su circulo se cerró.

—Jenna míranos—se giró ante la voz de sus sobrina y parecía no ser la misma persona, sus ojos estaban inyectados de sangre y las venas resaltaban con escándalo—. Estarás bien, estarás bien.

La rubia se sentó abrazando sus rodillas mientras se mecía tratando de encontrar consuelo en eso. Sus ojos se movían de forma frenética dejando entre ver el tornado que se encontraba en su interior.

—¿Como te sientes?

—Como yo misma—contestó con la voz temblorosa—, aunque no, todo está más brillante, el fuego quema. En parte estoy atemorizada, pero otra parte no quiere sentir nada.

—Los vampiros pueden apagar su parte humana—dije con cuidado—. La parte de los sentimientos.

—Moriré ¿Cierto?—sus ojos tenían lagrimas.

Oscuridad [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora