9. Let the Right One In.

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Amaba los días de lluvia y no por las razones que algunos lo hacen, muchos la amaban por el ambiente que creaba en el interior de las casas, yo amaba salir, correr, saltar y reír debajo de esta, sentir las gotas caer en mi rostro con el riesgo de contraer hipotermia o que un rayo me alcanzara. Yo amaba la lluvia porque era la representación más pura de un ciclo natural y repetitivo, de algo que tiene que pasar y sabes que pasara en algún momento y nunca te aburres.

Pero en vez de hacer eso, me encontraba en la mansión Salvatore con Elena y como la costumbre lo dicta, con malas noticias. Los vampiros de la tumba habían logrado salir después de la muerte de la abuela de Bonnie y la noche anterior dos de ellos los habían atacado y conocieron a Elena.

El sonido de la lluvia era amortiguado por Damon clavando un trozo de madera en la ventana que los vampiros rompieron.

—¿Por qué no vamos con Pearl?—dijo cuando termino y se giró a nosotros—Rompemos la puerta y aniquilamos al idiota que nos atacó anoche.

—Sí, luego volteamos a los demás vampiros y decimos "Ups perdón"—Stefan resopló.

—No puedo creer que hayas hecho un trato con ella—Elena le dijo. 

Según lo que ellos nos dijeron, Damon había aceptado un trato con Pearl, quien al parecer era la embajadora de la tumba, para que le dijera el nombre de los que usaban verbena y quienes estaban en el consejo.

—¿Es en serio?—la miré incrédula— Después de todo lo que Damon ha hecho ¿Aun te sorprende lo que hace?

—Agradezco tu fé—contestó acercándose a nosotras, yo me alejé acercándome a Stefan—. No fue un trato, más bien fue un útil intercambio de información. No tenia opción, ella da... miedo, además me ayudara a que Katherine vuelva.

—Y justo cundo creí que no podías ser más co-dependiente, sales con esto. Eres un perro faldero—escupí. Realmente me costaba mucho no matar a Damon en esos momentos.

—Claro que sí—soltó Elena—, obtienes lo que quieres sin importar a quien lastimas en el proceso.

—No tienen que ponerse de malas.

 Tome una figura de encima de la chimenea e iba a golpearlo pero Stefan me lo quitó antes de que lo lograra, para después regañarme con la mirada por casi romper, lo que seguro era, una reliquia familiar.

—Disculpa, pero despertamos esta mañana y nos enteramos que todos los vampiros de la tumba salieron—ella soltó molesta—. Es compresible que lo estemos.

Damon exhaló exasperado mientras se sentaba.

—¿Hasta cuando van a culparme por convertir a su madre en vampiro?

—Yo no te culpo Damon, ya he aceptado que eres un psicópata sin cualidades humanas.

—¿En serio? Por que no se nota—la miré y me acerque a Damon—. Yo por el contrario, te culpo de muchas cosas y no tienes idea de cuanto me estoy conteniendo por no arrebatarte ese estúpido martillo y golpearte tan fuerte hasta que tu maldito rostro sea irreconocible.

Me aleje de golpe.

—Auch—nos dijo.

—Esto no es productivo—Stefan nos dijo—, necesitamos una forma de enfrentar a los vampiros.

Damon se levanto y se fue sin decir nada.

—Perdón es que me pone como loca—Elena le dijo a Stefan y él la abrazó.

—Lo sé, enloquece a todo el mundo.

—¿Y que vamos a hacer?—ella le preguntó.

—Damon y yo nos encargaremos.

Oscuridad [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora