Solté un largo suspiro antes de abrir la antigua puerta de madera. Había tenido una mañana difícil, la noche anterior le había contado a mi padre todo sobre el sacrificio y como era de esperar soltó el grito al cielo, luego Damon me dice que provocó a una mujer lobo ocasionando que esta la atacara mientras estaba con Rose y hoy él me había pedido ayudar a Elena a cuidar a la vampiro pues Jules, la loba, la había mordido.
El interior de la mansión estaba en silencio, comencé a buscarlas y las encontré frente a la chimenea, de lejos se podía ver el mal estado de la vampiro, su piel era pálida y su pelo estaba fuera del lugar. Elena la miraba con una descarada preocupación que no ayudaba para nada al estado de la mujer en el sofá.
—Creí que estabas muriendo—hablé llamando la atención de ambas—, pero te veo más viva que yo.
—Eres una mala mentirosa—Rose se burló.
—O tú una pesimista—me senté a su lado. Sus labios eran pálidos y resecos, el sudor bañaba su frente y sus delicadas manos se aferraban a su bata de ceda, lucia al borde de la muerte. Miré a Elena—. Ayúdame a llevarla a la habitación.
—Claro—aceptó mientras la tomaba del brazo y yo la rodeaba de la cintura.
En el camino dejaba salir pequeños quejidos y yo evitaba hacer muecas con pesar sabiendo que no le quedaba mucho tiempo antes de morir.
—¿Qué haces aquí?—Rose preguntó mientas subíamos las escaleras.
—Damon me mandó—me encogí de hombros.
—Debí suponerlo—sonrió mientras entrabamos a una enorme habitación que estaba a una puerta de la mía.
La habitación era espaciosa, elegante y muy hermosa. La cama, junto a una ventana de grandes y altas cortinas oscuras y blancas, estaba sobre una base de madera gruesa de aires antiguos ayudaba al enorme colchón a verse tan cómoda que te daban ganas de quedarte en ella por siempre, y apostaba que era tan suave como aparentaba. Se podían apreciar algunos cuadros de alta calidad, una silla de cuero junto a una pila de libros, muebles de madera y un espejo grande le daba un toque desordenado que la hacia ver más atractiva sin hablar del enorme baño que se apreciaba a un costado y la chimenea del fondo, sin duda una de las habitaciones más hermosas de la casa, era digna de ser plasmada sobre la pintura más cara del mundo.
—Odio esto—Rose se quejó—, soy un vampiro y no he tenido un resfriado en 5 siglos.
—Apuesto que en esos tiempos la gente moría por eso—la ayudé a subir a la cama.
—Déjame ayudarte—Elena le pidió mientras le quitaba la bata dejando ver una enorme llaga con ampollas en su espalda, era la mordida y lucia fatal.
—Nosotros no nos enfermamos, cuando morimos es rápido y repentino—se arropó—, y ahora voy a hacerlo por una enfermedad.
—No vas a morir—Elena y yo la contradecimos.
—Que frase más humana—se burló mientras Elena la arropaba y yo continuaba analizando la habitación—. Nunca antes has estado en el cuarto de Damon ¿Verdad?
—No era algo que me quitara el sueño—conteste tomando un libro de la pila. Lo que el viento se llevó.
—¿No era lo que esperabas?—me preguntó.
—Es más grande que el mio—me senté en la cama sintiendo las telas—. Aunque tal vez esperaba sabanas de seda.
Las tres reímos aunque la mayor se oprimía el abdomen al hacerlo.
—Son afortunadas ¿Saben?—nos miró—Nunca nadie me ha amado como las aman a ustedes.
—Lo dudo—Elena confesó.
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Oscuridad [EDITADO]
Fanfiction"La mayoría de nosotros estamos aprisionados por algo. Vivimos en la oscuridad hasta que algo enciende la luz y entonces descubrimos que hay más monstruos que personas, más mentiras que verdades. Descubrimos que incluso la luz tan blanca y pura, es...