—Stefan—llamamos—. Stef.
Su mirada parecía un intento de enfoque constante, como si tratara de mantenerse despierto o distinguir las figuras que estaban frente a él, yo apostaba por ambas. El sudor cubría su cuerpo y pequeños temblores comenzaban a aparecer, sin duda estaría sufriendo en unas horas. Al no ver resultado por nuestros llamados, Damon nos sacó de aquella sucia celda para después cerrar la gruesa puerta de madera, mientras Elena se aferraba a los barrotes con tanta preocupación que solo alguien como ella seria capas de poseer.
—Es difícil verlo encerrado aquí—dijo con los pies en punta para alcanzar los barrotes.
—Tú fuiste quien lo pido—Damon le recordó y yo lo golpee en el hombro.
—Y tú la apoyaste—lo regañé.
—No puedo dejar que siga mordiendo personas mientras el consejo sigue cazando vampiros ¿O sí?
—¿No tiene nada que ver con el hecho de que te importe?—Elena lo miró.
—Ese es tu trabajo y el de Ciara, no el mío—dió la vuelta para irse.
Mire como Elena volvía a fijarse por entre los barrotes antes de subir. Me paseé por los grandes estantes de libros que había, mis dedos recorrieron la madera de los libreros mientras aspiraba el aroma rustico, no importaba cuantas veces lo hiciera, siempre me fascinaría el lugar.
—¿Ya supiste lo que es?—Elena preguntó mientras llegaba. Me giré a ella y después a Damon quien sostenía una vieja brújula que Pearl le había dado.
—No aun no—contestó volteando el objeto en sus manos—, pero sea lo que sea no funciona.
—Sí una bruja lo hizo, una bruja te dirá lo que es—lo tomé entre mis manos cuando me acerque a él, luego se lo devolví—. Aunque claro la única que sabia que era, está muerta.
—Tú eres una bruja—me miró con ironia—, pero para nuestra mala suerte, una muy mala.
—No soy una bruja—me tiré en el sillón—. Soy un híbrido mágico, cuyo nombre aun no descubro o traduzco.
—Como sea—rodó los ojos.
—¿Pearl no te dijo nada de ello?—Elena dijo mientra doblaba un pantalón.
—Creo que probaba su brújula vampirica, pero era un reloj—Damon seguía inspeccionando el artefacto—. Así que Jonathan Gilberth era un científico loco.
—Y por eso es bueno que no seamos unas Gilberth—sonreí, aunque luego dude—. Al menos yo no, aunque tú no eres de sangre.
—¿Has hablado con tu tío John, últimamente?—Damon le preguntó.
—Elena lo ha estado evitando, es por eso que duerme acá—me burlé, aunque hubo días en los que me quedaba con ella.
—¿O sea que volverá hoy?.
—¿Acaso es un problema?—ella le contestó.
—Sí—se volteo a nosotras—, son insoportables.
—Te vemos luego—Elena tomo su bolso y mi hizo señas para que nos fuéramos.
—¿Por qué no me dijiste que hablaste con Isobel?—le pregunté.
La noche que el tipo nos advirtió dejar de buscar a mi madre, Elena había levantado su teléfono y esa misma noche había hablado con ella, y no me entere más que hace un par de días mientras tratábamos de dormir en una de las habitaciones de la mansión, al principio me moleste y no le hablé, pero realmente nunca se había dado la oportunidad.
ESTÁS LEYENDO
Oscuridad [EDITADO]
Fanfiction"La mayoría de nosotros estamos aprisionados por algo. Vivimos en la oscuridad hasta que algo enciende la luz y entonces descubrimos que hay más monstruos que personas, más mentiras que verdades. Descubrimos que incluso la luz tan blanca y pura, es...