Capítulo 6: La fiesta del tal Jeff.

5.9K 536 275
                                    

Max

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Max.

Querido diario:

He ido a centenares de fiestas.
He bailado. He follado. Me he emborrachado. He peleado con un par de imbéciles sin ningún motivo.
Siempre que me decían para ir a una fiesta yo era el primero de la lista.
Recuerdo una vez que me puse tan borracho que alguien de mis amigos (sigo sin saber quién. Cuando lo descubra lo mataría) llamó a mi hermano Milán para que venga a buscarme porque estaba causando muchos problemas en mi estado de ebriedad. Yo era menor de edad en aquel entonces por lo que Milán tuvo que hacerse cargo de mí, y mis padres ni siquiera sabían que tomaba alcohol, así que llamarlos a ellos no era opción. Fue una total vergüenza, todos se rieron de mí durante varios días. Incluso la chica que me gustaba me dijo que le presente a Milán. Estuve enojado con él durante dos semanas. Bueno, vivíamos peleando pero esa vez yo directamente no le hablaba. Mi relación con Milán no era sencilla.》

—¡Se tardaron años! —James, quien nos espera en la puerta, ya lleva un vaso, con quién sabe qué sustancia, en la mano. Y no parecía ser el primero.

—¡¿Ya estás borracho?! —exclama George mientras le pega amistosamente en el brazo—. Yo no te llevaré hasta tu casa luego, eh.

—Claro que sí, papi. —le contesta el menor mientras lo arrastra al interior de la casa.

Distraído por la conversación de aquellos dos, no siento cuando Allen me toma de la mano y me arrastra hacia el interior, donde la fiesta estaba empezando.

Tanto por dentro como por fuera de aquella casa, estaba repleto. Conocía a casi todos de vista. La mayoría de peleas de Brett. Hoy no me encontraba animado, ni siquiera quería venir. Lo que es raro viniendo de mí.

Empezamos a recorrer la casa, empujando a todo el que se nos pone en medio, hasta encontrar la barra de las bebidas. Brett ya se encontraba allí.

—Llegaste temprano. —le digo.

—Ayudé a Jeff con los preparativos.

Seguía sin saber quién era el famoso Jeff.

Y como si el destino quisiera responder mis preguntas, un individuo aparece en nuestro círculo.

—Brett, ¿ya has colocado los vasos... —se detiene al ver que el de cabellos verdes no está solo.

Su mirada color celeste se cruza con la de Allen y la mía. Su cabello parecía rosa bajo la luz de la cocina, nos mira unos segundos antes de presentarse.

—¿Son tus amigos? —escucho que le susurra a Brett. Tras un asentimiento de mi amigo, el chico nos sonríe-. Soy Jeff, el dueño de la casa, un gusto.

—Max. —digo simplemente tendiéndole la mano.

Allen hace lo mismo.

El semblante de Brett está serio, quizás enojado. Sus ojos azules están más oscuros que de costumbre. Cuando me corresponde la mirada le levanto una ceja en señal de interrogación. Él niega. Ya me lo diría. Aunque en mi interior ya sepa de qué se trata, mejor dicho de quién. Se pone a hablar con Jeff y dejo de prestarle atención.

Red. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora