Chester.
La cara de Max lo dice todo.
El ambiente es sumamente incómodo, y el tintineo de los cubiertos sobre los platos solo provoca mayor incomodidad. Dante no deja de sonreír mientras corta su carne y pasea la mirada por la familia Gallant. Insistí con todas mis fuerzas para que no venga, pero se ha decidido a mejorar su relación con Max. Yo no estoy muy seguro de que esta sea la mejor manera de hacerlo. Estoy seguro que necesitan tiempo y charlar para resolver diferencias y años de rivalidad.
—Así que —empieza a hablar Dante, mirando a Max. Es la primera palabra que se dice desde que nos hemos sentado a comer—, ¿quién es el activo? ¿Mi hermano o tú?
El padre de Max se ahoga y su esposa tiene que darle palmadas en la espalda.
Max asesina a Dante con una simple mirada. Sentarme entre medio de ellos fue mala idea.
—Chicos... —dice la señora, intentando una sonrisa amable—, cuéntenos cómo se conocieron.
Observo de reojo que Dante va a abrir la boca para contestar, pero piso su pie con fuerza.
—Eh... en el trabajo. —es todo lo que responde Max a mi lado. Me mira y sonríe.
Claro, porque decir que fue por medio de un engaño no queda muy romántico. Le sonrío de vuelta.
Pensarlo de esa manera me resulta increíble. Todas las cosas por las que hemos pasado y aun así seguimos juntos. Como si cada problema que se nos presentó, lo único que hizo fue fortalecernos, amarnos y conocernos más. Aprender a perdonarnos y entendernos.
Un cosquilleo en mi cuerpo aparece cuando sus ojos me corresponden la mirada. Su pie roza mi pierna y yo contengo la respiración.
—¿Y de qué trabajas, Chester? —pregunta su padre.
Intento que mi concentración vaya a la conversación y no a los movimientos de Max. No se atrevería a hacer nada, ¿verdad?
—Pues... el negocio familiar no ha ido muy bien —Dante ahoga una risa—, así que estaba pensando en comenzar la universidad.
—¡¿Qué?! —exclama Max.
—¿De verdad? ¡Eso es genial! —se alegra su padre al mismo tiempo—. A ver si sigues el ejemplo de tu novio, Max.
Comparto una charla silenciosa con Max. Luego se lo explicaría todo.
Ya estaba decidido a salirme de aquel negocio. Aquello no era para mí, sin mencionar la ilegalidad del asunto. Había pensado en el tema desde que mi padre me echó de los Dark Blood. Jamás me había puesto a pensar en qué me gustaría estudiar o trabajar. Toda mi vida, mi padre, no hizo más que meterme en el negocio familiar. Pensé que eso era a todo lo que podía aspirar, todo lo que alguna vez podría conseguir, por lo que no me molesté en considerar alguna carrera universitaria.
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Red.
Romance¿Y si te enamorases sin querer del chico del bando enemigo? ¿Qué harías? Porque Max Gallant no tiene la más mínima idea. 《4to libro de la saga Rainbow》