Capítulo 11: El plan V.

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Max

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Max.

—La cuestión será así —comienza Brett—: utilizaremos la relación entre Max y Chester a nuestro favor.

No me gustaba como comenzaba aquello. Y no veía más que caras entusiasmadas a mi alrededor. 

—¿No habían terminado ya aquello? —pregunta Allen, quizás con un tono de voz un poco más serio que el resto—. Si ya tenemos lo que queríamos de los Dark Blood, la puta agenda del jefe, ¿no?

—Es que Max ya le encontró el gusto. —James suelta una carcajada que los gemelos acompañan.

Claro que no... Como podía pensar aquello...

—No, aún está a tiempo de utilizar una vez más a Chester Reineck. —sigue Brett. Me dedica una mirada que solo él y yo entendemos. No ha querido decir realmente "utilizar"—. Hay que tenderles una emboscada, que no nos esperen. Atacar por sorpresa. Max, tendrás que hacer, de alguna manera, que la información de que nos reuniremos solo nosotros en un x lugar, llegue a oídos de Dante. ¿Puedes hacerlo?

No.

—Sí. 

Brett asiente y sigue con la explicación.

—Como dudo que vaya solo, tendremos que ir armados.

Y allí es cuando todos nos sorprendemos; y no por la propuesta, más bien porque sea Brett el que lo diga. Brett no solía tener ideas de ese estilo. Nada que implique violencia. Pero desde que Jackson se había ido, era otro. Más violento, más agresivo y sin sentimientos. Siendo que antes no quería ni tocar un arma. Dios, Jackson vuelve de una maldita vez y devuélvenos a nuestro Brett.

Observo como todos asienten y que soy el único que no está de acuerdo. Porque soy el unico el cual sus sentimientos están en juego en este plan.

—A la maleza hay que arrancarla de raíz. —continúa con su discurso, frío—. Hay que matarlos a todos.

—¡Ay, mijo! ¿Seguro que estás cómodo así?

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—¡Ay, mijo! ¿Seguro que estás cómodo así?

Mi madre me aprieta los cachetes mientras me besa la frente y mi padre, sin quedarse atrás, me hace masajes en los pies.

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