One Shots - Camila Cabello y tú

¡Gracias! II (Tierno)

Narras tú

–¿Cuando planeas decirle a tus padres todo lo que pasó?– Camila mordió su labio nerviosa, estos últimos 5 días había estado teniendo algunas crisis de ansiedad y no la había dejado sola en ningún momento.

–No lo sé...Pero como debemos ir a Miami hoy...Creo que se los diré cuando los vea– asentí suspirando.

–¿Debemos?– mordió su labio y se sonrojó.

–Lo siento, cierto que tu te quedas aquí– rió levemente.

–Si quieres puedo acompañarte, pero no sé si quedarán vuelos para hoy– sonrió.

–¿De verdad me acompañarías?– asentí.

–Claro que sí Camila– me abrazó.

–Tengo el boleto que era de...Ya sabes– mordió su labio y sonreí levemente.

–Seré una mejor compañía que ese idiota– reímos.

                   -6 horas después-

–¿Qué pasa si se enojan conmigo?– el taxi nos había dejado frente a su casa.

–No lo harán, puede que se molesten un poco, pero te apoyarán, créeme– sonrió levemente.

–Si me preguntan quien eres, ¿Qué respondo?– mordí mi labio.

–¿Tu futura novia?– reímos y me sonrojé levemente.

–Posiblemente– besó mi mejilla –Gracias por ayudarme en esto, no sabes cuanto lo agradezco– le sonreí.

–Lo mereces Camila, eres una persona increíble– le sonreí y escuchamos un grito.

–¡Kaki!– Sofía corrió a abrazar a su hermana y reí al verlas –Espera, ¿No vino Matthew? ¡Sí!– levantó sus brazos y reí nuevamente.

Camila la abrazó y enseguida salieron sus padres a recibirla por el alboroto que armó la no tan pequeña Sofi.

–Hija, que gusto volver a verte– su padre la abrazó y yo solo los miraba unos pasos más atrás, luego la abrazó Sinu y sonreí al ver que de verdad la extrañaban.

–¿Y dónde está tu galán?– su padre giró los ojos y yo mordí mi labio.

–No...Yo...¿Podemos entrar para hablar?– sus gestos cambiaron enseguida y Alejandro me miró.

Luego todos notaron mi presencia y Sofía abrió la boca emocionada.

–Ella es...– cubrió su boca y Camila rió.

–Sí, es _____ _____– les sonreí y me miraron extrañada –Es una...Una amiga, pero necesito decirles algo importante– asintieron y Camila me extendió la mano para que entrara con ellos.

Dejamos el equipaje en la sala y luego Camila me guió hasta la cocina, dónde estaba su familia.

Nos sentamos y hubo un silencio algo incómodo para mi, pero la castaña tomó mi mano y suspiró preparándose mentalmente.

–Lo mío con Matthew se acabó...– apretó mi mano y la acaricié –El...– sus ojos se cristalizaron levemente –Es que...No sé como decirlo– unas cuantas lágrimas cayeron por sus mejillas y las limpié con mi chaleco, todos la miraban preocupada.

–¿Te hizo algo?– Camila miró hacia abajo y yo asentí –¿Te hizo algo en contra de tu voluntad?– preguntó su padre preocupado y Camila negó.

–El terminó conmigo cuando...– suspiró y vi que su madre le acarició la espalda –Rompió mi corazón por completo– su madre iba a abrazarla, pero Camila se abrazó a mi comenzando a llorar.