Capítulo 8. Sorpresa mañanera.

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Al día siguiente, Dana despierta sobresaltada por el sonido del timbre; no tiene claro si ir a abrir o hacerse la dormida pero, tras varías llamadas impacientes por parte de su visita, decide levantarse de mala gana hacia la puerta.

Se pone de pie y coge una bata corta que tiene para no abrir la puerta solamente con el pijama (que consiste en una camiseta de tirantes y unos pantalones, ambos bastante cortos). Al acercarse a la entrada echa un vistazo al salón y ve que Tom también está despierto; anoche antes de irse al concierto, decidió dejarlo dentro porque este se negaba a salir fuera y ella no fue capaz de echarlo; no hizo ningún destrozo y utilizó adecuadamente los periódicos que Dana dejó en el suelo, por lo que decidió que podría ser su nueva mascota por un tiempo.

La chica llega a la puerta y antes de abrir, mira por la mirilla. Cuando ve de quien se trata, resopla con indignación y abre para echarle la bronca a su visita.

  - ¿Tú no sabes que es de mala educación presentarse en casa ajena sin avisar?- le dice la chica a Roger, que solo la mira con expresión divertida. Sin decir nada, entra a la casa dejando a su amiga aún más indignada- ¡Estaba durmiendo!- vuelve a exclamar una vez que ha cerrado la puerta.
  - Ya, se te nota.- contesta él mientras observa la cama desecha de la chica.

Cuando vuelve su mirada hacia Dana, abre aún más los ojos y eleva una ceja; es entonces cuando la chica se da cuenta de que la bata está abierta por completo y deja al descubierto su cuerpo tapado mínimamente por el pequeño pijama. Se vuelve a cerrar corriendo la bata mientras tose para que su amigo desvíe la mirada de nuevo a su cara.

  - No sé porque has tenido que hacer eso- protesta Roger mientras camina hacia el salón. La chica solo rueda los ojos y le sigue.
  - Venga, ahora enserio, ¿Qué pasa?- pregunta ella.
  - Brian y yo habíamos pensado que, después de tres años, lo mínimo era pasar un día juntos. Así que me ha mandado a buscarte.
  - Yo pensaba que estaríais durmiendo después del concierto...
  - Si, bueno, hay cosas más importantes. Molestarte a ti, por ejemplo- bromea el chico con una sonrisa de medio lado. Al girarse hacia el sofá, ve al gato sentado en él y sonríe ampliamente- ¡Mira quien está aquí! Mi amigo Tom- vuelve a girarse hacia su amiga mientras se sienta junto al animal-. Te espero con él mientras te cambias. No tardes mucho... ¡y no desayunes! Es parte del plan.

Dana asiente con una sonrisa mientras va a su habitación a cambiarse; de camino escucha a Roger hablando con el gato de tonterías, hasta que va a cerrar la puerta y este grita:

  - ¡No hace falta que la cierres, hay confianza!
  - Más quisieras, Rog, más quisieras- tras decir esto, la chica se encierra en su habitación.

******************

Una vez que Dana está lista, ambos se dirigen en el coche de Roger a la casa que este comparte con Brian cerca de la universidad. Durante el recorrido, hablan sin parar de todo lo que ha pasado durante todo ese tiempo que han estado separados, y la chica comenta su pequeño problema para conducir allí.

- Aún no he probado a coger un coche, pero miedo me da que llegue ese momento...- dice ella mientras Roger escucha y ríe ante la situación de su amiga.
- Prefiero no estar contigo cuando eso ocurra, la verdad- responde este antes de dirigir la mirada a Dana y volver a emitir una carcajada. Ella solo niega con la cabeza, mientras sonríe con diversión.
  - Deberías apoyarme en estos difíciles momentos. Eso es lo que hacen los amigos.
  - Hey, yo te llevo a donde quieras cuando lo necesites, pero no quiero poner en riesgo mi vida tontamente. Tengo muchos planes pensados como estrella de rock.

Dana vuelve a reír ante el último comentario, y en menos de cinco minutos ya se encuentran en la casa de los chicos; desde la entrada se puede apreciar cierto olor a algo quemado que hace que los recién llegados se miren con confusión.

  - Creo que eso es nuestro desayuno...- comenta Roger mientras abre la puerta.

Efectivamente, en la cocina se encuentra Brian rodeado de una ligera nube de humo, junto a un plato lleno de lo que parecen ser intentos de tortitas que han acabado chamuscadas. El chico parece ligeramente abrumado por la situación.

  - Queríamos hacerte una pequeña sorpresa, Dana, pero se nos ha ido un poco de las manos...
  - Se te ha ido de las manos a ti hermano, yo he completado mi parte del plan.- interrumpe Roger señalando a Dana para mostrar que él ha cumplido, acercándose para ver el desastre de Brian. Este mira al rubio con ojos asesinos y la chica no puede evitar reír a carcajadas ante la situación. Sin duda, este era el caos que había echado de menos.
  - Anda, dejadme a mi. Después de tres años sola, creo que me podré apañar para hacer algo decente con los ingredientes que quedan.

Tras decir esto y darle un rápido abrazo a Brian para asegurarle que no pasa nada, Dana se pone manos a la obra mientras habla con sus amigos en la cocina.

Estos le cuentan que van a quedar con el nuevo cantante (que por lo visto se llama Freddie) a lo largo de la semana para ensayar, y así estar listos para el próximo concierto.

Continúan hablando cuando la chica sirve el desayuno que ha conseguido hacer con lo que sus amigos tenían; en esa ocasión, es ella la que cuenta algún detalle sobre su vida en Nueva York, y también les informa de que ha conseguido trabajo junto a Mary en Biba.

  - ¿Sabéis con quien me encontré anoche?- continúa Dana mientras come- A George. El chico aquel que iba a mi clase.
  - ¿Uno moreno y alto?- pregunta Brian, a lo que la chica asiente- Si, lo he visto a veces por el bar. Suele venir a los conciertos.- hace una pequeña pausa para introducir comida en su boca y, tras tragar, continúa:-. Es buen tio.
  - Ayer se acercó él a saludarme y me dijo que lo hacíais muy bien. Suele seguiros.
  - Entonces me cae aún mejor- afirma de nuevo Brian riendo, a lo que la chica también emite una carcajada.
  - Yo no me terminaría de fiar- suelta de sopetón Roger tras devorar su plato de tortitas-. Al fin y al cabo, hace tres años que no le ves. No sabes lo que puede querer de ti.
- Tu y yo tampoco nos vemos desde hace tres años- replica Dana, sin terminar de entender la actitud de su amigo.
- Ya, pero yo soy tu queridísimo Roger; tu amigo del alma, y sabes que soy alguien con solo buenas intenciones.

La chica pone los ojos en blanco ante este último comentario, y ahora es Brian el que sale en defensa de ella.

- Vamos Rog, tú y buenas intenciones no es algo que suela ir muy unido. Además, deja que la chica haga lo que quiera y salga por ahí con quien le apetezca. Al fin y al cabo, tú también haces eso todo el tiempo, ¿no?
- Pero yo no...- empieza a decir la chica intentado explicar que ella únicamente habló con George dos minutos, sin llegar a plantearse llegar más lejos. Es Brian quien no le deja continuar con su excusa, queriendo así decirle algo a su amigo con sus últimas palabras.

Roger solo se encoge de hombros mientras enciende un cigarro, intentando fingir indiferencia. Dana tampoco parece tener muy claro lo que ambos se han querido decir con esas frases y esas miradas, pero prefiere no darle mucha importancia y continúa con otro tema de conversación. Al fin y al cabo, solo es su segundo día allí; tampoco sabe si tener tanta información de golpe le hará bien.

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