Capítulo 37. Reconciliación.

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Dana sube en el ascensor y mientras este asciende, se mira los zapatos preparándose para lo que pueda venir ahora. La chica decidió ir por su cuenta al despacho de Miami, porque no le apetecía ir con Roger en el mismo coche y porque los chicos tenían pensado llegar tarde como venganza por todas las veces que Freddie les hacía lo mismo, y las ganas de ella por ver al cantante eran mayores.

Cuando al fin llega a la planta indicada, comienza a caminar entre la gente que se mueve de aquí para allá trabajando, y enseguida localiza la puerta con el cartel "Jim Beach".

La chica toca la puerta, y cuando el abogado le indica que puede entrar, lo hace lentamente y algo nerviosa. Cuando al fin ve quien se encuentra en la sala, observa primero a Miami, que le sonríe desde su mesa, y luego pasa a mirar a Freddie. Este también le sonríe ampliamente y se pone de pie.

- Hey- saluda ella acercándose.
- Dan- dice también él a modo de saludo.

Los dos acaban riendo y se funden inmediatamente en un abrazo de varios segundos.

Cuando se separan, Dana mira a su amigo de arriba a abajo, y puede comprobar que parece algo desmejorado; aún así, sigue llevando sus gafas de sol, su cazadora de cuero, y sigue esbozando esa sonrisa remolona suya tan carismática.

- ¿Cómo estás?- le pregunta el chicho a ella.
- Bueno, ahí vamos. Bien- contesta ella tras unos segundos de pensar su respuesta-. Y tú, ¿Qué te trae por aquí? ¿No tenías que grabar unos discos?

Freddie hace uno de sus muy expresivos gestos con la mano para quitarle importancia a ese asunto antes de contestar.

- Hay cosas más importantes
- ¿Y Paul?- vuelve a preguntar la chica, ahora un poco más seria. El cantante ríe con sorna y niega con la cabeza.
- No tenemos que preocuparnos más por él.

Dana le sonríe y continúan hablando un par de minutos, ahora con Freddie sentado en el sillón donde estaba antes y ella a su lado.

- ¿Dónde están?- pregunta al cabo de un rato el cantante, refiriéndose a los chicos.

Miami y Dana se miran mutuamente, y al final es la chica la que vuelve a mirar al cantante para contestarle encogiéndose de hombros.

- Llegan tarde.

Freddie asiente, entendiendo el porqué de su retraso. No pasan más de unos cuantos segundos cuando ya hay alguien que llama de nuevo a la puerta; Freddie se revuelve un poco en el asiento de los nervios, y la chica se gira para observar como la abren.

Primero entra Brian, que dirige una mirada fría al cantante y luego pasa a sonreír a Dana. Justo después de él, va Roger; el batería mira en una pasada a Freddie, y cuando sus ojos se posan en la chica se queda un rato mirándola en silencio; ella solo le mantiene la mirada unos segundos antes de pasar a mirar a otra cosa. John es el último que cierra la comitiva, y como siempre, es el más sereno de todos.

- Si alguien quiere te, café, armas blancas...- bromea Miami mientras todos entran y toman asiento.

Dana entonces se mueve para no estar justo al lado del cantante toda la conversación (ya que este va a ser el centro de todas las miradas, y ella no quiere serlo) y se dirige al hueco que hay entre el sofá y el otro sillón, justo al lado de la puerta.

- Siéntate tú.

Dana levanta su mirada del suelo para ver que es Roger el que le ha hablado, ofreciéndole el sillón para que se siente. Ella le mira durante un segundo, para finalmente negar con la cabeza.

- Estoy bien- es lo único que dice. En realidad si le gustaría sentarse porque se encuentra un poco mal, pero no quiere darle el placer de aceptar su repentina caballerosidad.

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