𝖔𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 • 𝕵𝖔𝖊𝖑 𝕻𝖎𝖒𝖊𝖓𝖙𝖊𝖑 • +𝟷𝟾

«estilo perrito»

Bea, mi hermosa Bea esto es para ti 😉 espero te guste 💋

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Joel jala del brazo a la pelinegra para la habitación. El traje de diseñador que trae puesto lo está asfixiando, odia ir a galas de "beneficencias", ya que son simplemente para que los ricos enseñen todas sus riquezas y lujos. Los labios de la pelinegra en su cuello, succionando su piel lo saca de sus pensamientos y manda toda la sangre para el sur. Hace su cuello para un lado, dejando que ella siga haciendo eso. Sus manos bajan por su cuerpo hasta llegar a sus caderas, con fuerza la atrae más cerca, haciéndola jadear cuando ella siente la dureza de su erección en su pelvis.

—Hm. —succiona su piel más fuerte.

—¿Te gusta eso? —susurra entre jadeos, acariciando su cuerpo de arriba hacia abajo.

—Joel. —ella susurra en su oído, acariciando su erección a través de la tela de su pantalón de vestir.

El rizado la toma de las caderas, dándole la vuelta. Ella mueve su cuerpo contra su pecho, provocándolo. Joel sonríe contra su oído, rosando su barba contra este, haciéndola estremecer. Con fuerza, el rizado la tira en la cama, dejándola boca abajo. Ella mueve sus caderas de un lado hacia otro, empinando su trasero, dejándolo a la disponibilidad del hombre detrás de ella.

—Sigue haciendo eso, baby. —Joel dice, desnudándose poco a poco.

La pelinegra sonríe contra el colchón, moviéndose con sensualidad. Mueve su cuerpo hacia delante, dejando salir un gemido suave de sus labios. La seda del vestido contra su cachondo cuerpo es sensible y manda corrientes de electricidad a su cuerpo. En cuestión de segundos Joel está desnudo detrás de ella, poniendo sus grandes manos en sus caderas. Baja una de ellas al culito respingón de la pelinegra, dándole una palmada con fuerza.

—O-oh. —ella se retuerce, mordiendo su labio inferior.

—¿Te gusta eso, muñeca? —pregunta, dándole otra nalgada.

La pelinegra asienta con la cabeza, cerrando los ojos por un momento. Joel lleva ambas de sus manos a sus muslos, justo en dónde queda su vestido. Se inclina sobre ella, inhalando su olor, embriagándose con el. Recorre su espalda, raspando su desnuda piel a través de su escote.

—Hmm... —ella jadea con una sonrisa boba en sus labios.

Joel sonríe contra su piel, dejando unos cortos besos allí. Sus traviesas manos suben el vestido poco a poco hasta dejar sus nalgas al descubierto. Las acaricia por un buen rato antes de tomar el elástico de sus bragas con un dedo.

—Me voy a deshacer de esto. —él le susurra al oído, mientras baja sus bragas poco a poco.

El rizado baja la delicada tela por sus piernas largas, acariciando la tela con sus dedos. Las atrae cerca de su rostro, sonriendo seductivamente.

—Hmm... —el rizado jadea suavemente. —estás tan mojadas. —susurra, tocando la húmeda prenda en sus dedos.

La pelinegra mueve su cabeza para volverlo a ver con una sonrisa pícara en sus labios. Joel pone las bragas a un lado de ella, regresando a su vestido. Toma el borde que dejo en las caderas y de un tirón se deshace del vestido, dejándola desnuda en la cama.

—En cuatro, muñeca. —Joel le da una nalgada mientras ella hace lo que él le ordeno.

Ya cuando ella está en cuatro, a su disponibilidad, el rizado se coloca detrás de ella, acariciándole las piernas con las yemas de los dedos. Separa un poco sus piernas, trazando su muslo interno hasta llegar a dónde se conecta con su vulva.