KathyCruz2707, aquí tienes hermosa 😈 espero ten guste 😏
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Joel sonríe con malicia, mirando a su novia a través de sus tupidas pestañas. Roza su nariz contra su muslo interno, dejando salir una bocanada de aire caliente contra este. Su novia respira entrecortado, jadeando ruidosamente al sentir su toque.
—Hm... —el rizado deja un beso en su muslo interno, haciéndole cosquillas.
—Joel... —susurra casi sin aliento.
—¿Qué pasa, amor? —pregunta con una sonrisa de lado.
—Deja de jugar conmigo... —un jadeo ronco sale de sus labios al sentir la lengua de su novio trazar lo largo de su vulva.
La pelinegra quiere cerrar las piernas por intuición, pero el rizado acaricia sus piernas, haciendo que ella se relaje y simplemente disfrute. Se acomoda mejor entre sus piernas, separando los labios de su vulva con sus dedos. Sopla aire en su clítoris, haciendo que un escalofrío corra por todo su cuerpo. Mirándola fijamente a sus ojos, el rizado saca su lengua pasándola de arriba hacia abajo sobre ese pedacito de carne tan sensible.
—Ahhh... —ella se retuerce contra su cama, apretando el hombro de su novio con fuerza. —Joel... —suplica con la voz quebrada. —por favor... —
—¿Por favor que, amor? —susurra contra su vulva, lamiéndose los labios.
—Joel... —ella repite, tratando de poner las oraciones juntas en su cabeza, pero la niebla del placer lo hace imposible.
—Si no me dices que quieres... no haré nada. —él dice, alejándose de ella.
La pelinegra lo vuelve a ver con ojos furiosos, tomando un puño de sus rizos en su mano derecha.
—No te atrevas. —gruñe frustrada, apretando el agarre en sus rizos. —y cómeme. —entierra su rostro entre sus piernas.
La risita de Joel se escucha por toda la habitación antes que él comience a succionar sus labios vaginales. La pelinegra se retuerce contra la cama, moviendo sus caderas contra su boca. La lengua de su novio es talentosa, rozando justamente en los lugares precisos para hacerla sentir un inmenso placer. Joel roza su barba contra sus muslos internos, haciendo que ella apriete mas fuerte sus rizos.
—Hmm... —jadea con la boca medio abierta y su orgasmo formándose en el vientre.
Joel pone dos de sus dedos en su boca y con una orden silenciosa le dice que los lama. Ella sin pensarlo dos veces lo hace, succionando los dedos del rizado como si fuera su dulce favorito. El rizado los mueve de adentro hacia fuera, fingiendo penetraciones lo que hace que ella jadee ruidosamente.
—Mójalos bien... —Joel ordena con voz rasposa. —que estos irán aquí. —circula la entrada de su vulva con su lengua.
—Ohh... —ella grita, sintiendo un espasmo tras otro mientras que su novio se la sigue devorando.
—Vamos... vuelve a la tarea de mojar bien mis dedos. —mueve estos al mismo ritmo que su lengua.
Joel lame y succiona su clítoris haciendo que ella succione sus dedos mas fuerte. El rizado deja salir un ronco gemido contra su vulva, haciendo que ella se retuerza del placer sobre el colchón. Saca sus dedos de su boca sin dejar de comérsela. Los baja por su cuerpo, dejando rastro de su propia saliva por su cuerpo hasta llegar a su vientre. Muerde suavemente su muslo interno para que ella lo vuelve a ver. Con ojos medios cerrados por el deseo y lujuria ella lo mira a través de sus pestañas.
—Solo disfruta. —susurra trazando lo largo de su vulva con sus dedos ensalivados.
Circula su entrada antes de pone uno adentro y moverlo contra sus paredes. La pelinegra mueve sus caderas contra el dedo, queriendo obtener mas placer. Su novio succiona su clítoris a la misma vez que agrega otro dedo y golpea su punto dulce una y otra vez.
—¡Oh! —ella grita, enroscando los dedos de sus pies, apuñando las sábanas. —más... más... —suplica desesperada, sintiendo como su cuerpo es atacado con olas de espasmos, una tras otra.
Joel sigue golpeando su punto dulce mientras su orgasmo explota, mandando corrientes de electricidad por todo su cuerpo. El rizado lame hasta la ultima gota, saboreando la corrida de su novia en su paladar.
—Hm... —lame sus dedos uno por uno, sin quitar la mirada de la de ella.
—Maniaco sexual. —le dice con una media sonrisa en sus labios, agarrándolo de los hombros y acercándolo a ella.
Su erección rosa contra su vulva, haciéndola jadear.
—Hm... —besa sus labios, acomodándolo mejor entre sus piernas.
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