𝖔𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 • 𝕵𝖔𝖊𝖑 𝕻𝖎𝖒𝖊𝖓𝖙𝖊𝖑 • +𝟷𝟾

«dominante/sumisa»

Mismo universo que el trio de Virgato en el smut challenge de Christopher 😏 pásense por mi perfil por si no lo han leído o si quieren refrescarse la memoria 😉

Feliz domingo chamaquitas 😈

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Joel Pimentel lee el correo electrónico otra vez, queriendo entender a que se refería Christopher Vélez cuando escribió que recibiría una sorpresa hoy. Es decir, él usa sus servicios para mover mercancía de México a otros países, no al revés. El ruido de su teléfono lo saca de sus pensamientos, haciéndolo parpadear. Presiona el botón de contestar y la voz de su asistente suena por el alta voz.

—Señor Pimentel. —la castaña se dirige a él con respeto, como siempre lo hace. —ha llegado un paquete a recepción de parte del señor Vélez. —

—¿Un paquete? —cuestiona, releyendo el email.

—Si señor. —

—¿Todo bien? —

—Si señor. —ella dice otra vez.

—Okay, tráiganmelo. —y con eso corta la llamada.

En cuestión de segundos escucha como la puerta de su oficina es abierta y por reflejo sube su mirada y una sonrisa pícara se forma en sus labios al ver a la muñequita que Christopher y él compartieron cuando cerraron el trato.

—Señor Pimentel. —ella dice con una sonrisa coqueta, jugando con los botones de su abrigo largo.

Joel se acomoda mejor en su silla, mojando sus labios con su lengua y siguiendo el movimiento de los dedos de la pelinegra con su mirada. Desabotona su abrigo lentamente, moviendo sus caderas de un lado hacia otro. Abre el abrigo, revelando un sostén negro de encaje, un lazo de seda del tirante de su hombro al centro de este en ambos lados. Baja su mirada poco a poco por su cuerpo hasta llegar a sus caderas en donde unas bragas negras cubren su parte íntima.

—Oh. —el rizado muerde su labio inferior, sus ojos brillando con lujuria.

La pelinegra se quita el abrigo completamente, dejándolo caer al piso. La mirada del magnate baja a el, notando los tacones que trae puestos, los cuales hacen que sus piernas se vean más largas. Poco a poco sube su mirada por ellas, notando el contraste de su piel con las medias que trae puestas. Se palmea su erección a través de la tela de sus pantalones de vestir cuando ella se da la vuelta, mostrándole su bien formado trasero. La respiración se le entrecorta al ver como ella se agacha, recogiendo algo del abrigo, quedando de espaldas hacia él. Al darle la vuelta ella tiene un lazo de ceda negro alrededor de una de sus muñecas, extendiéndolas hacia él. Camina sensualmente hacia su escritorio hasta detenerse enfrente de él. Con una sonrisa en sus labios entrelaza sus dedos, estirándolas hacia el magnate.

—¿Serás una buena chica? —Joel pregunta, apretando el lazo alrededor de sus muñecas.

—Si señor. —dice en un tono sumiso, batiendo sus pestañas.

Esas palabras mandan un espasmo a la erección del rizado, la toma de sus brazos, haciendo su silla un poco para atrás y sentándola en sus piernas. Mueve sus caderas hacia arriba, fingiendo penetraciones, haciendo que la pelinegra se frote sobre él.

—Hmm... —ella jadea contra su boca.

Las manos del rizado bajan por sus costados hasta llegar a sus nalgas. Les da una palmada ruidosa a cada una, haciéndola gemir y aumentando los movimientos de sus caderas. Los labios de Joel van a su cuello, succionando y lamiendo su piel.

—Dios. —ella jadea, estirando más el cuello para darle espacio.

Poco a poco baja por su cuello hasta llegar a sus senos, cubiertos por el sostén. Sus grandes manos viajan a su espalda, deshaciendo el broche del sostén dejándolo caer. Lo tira por un lado, tomando uno de sus pezones entre sus labios.