Capítulo 28

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-Es tarde, ya tienes que irte-. Susurre en el oído de Axel, dejó de lado sus embestidas para luego salir de mí.

-Sólo un ratito más-. Pidió haciendo puchero.

-Axel, son las cuatro de la madrugada!-. Exclamé para que entre en razón.

-¿Quieres repetir una última vez?-. Preguntó pícaro.

-Axel...-. Advertí.

-Bien, bien, pero ¿Sabes Que?-. Preguntó.

-¿Que?-.

-Me gusta más que utilices mi nombre para gemir y no para echarme de tu casa-. Dijo y luego entró a bañarse. Agarré mi celular y revisé las notificaciones.

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Ayer a las 10:00pm - Zac❤: Soñaré con los besos que aún no me has dado.

Pensé que me había dejado en visto cuando le dije que iría mañana, osea hoy.

-Velyn, ya no hay jabón-. Gritó Axel desde el baño sacándome de los pensamientos. Que raro, estoy casi segura de que si hay.

-Ya va-. Grité y fui al cuarto de lavado en busca de un nuevo jabón. Si! Caminé totalmente desnuda por la casa, pero nadie me vio ya que mis padres están de viaje y James está durmiendo. Cuando conseguí el jabón, me dirigí nuevamente al cuarto de baño de mi habitacion.

-Aquí tienes-. Le dije abriendo la puerta del baño y extendiendo mi brazo para que él lo tome.

-Ven a darmelo aqui-. Dijo pícaro, ya se a que viene ese jueguito pero no me haría nada mal una buena ducha.

-Después la necia es otra-. Dije para luego entrar con él al baño. Le pasé el jabón, lo agarró y luego lo tiró al suelo.

-Ven Aquí-. Dijo agarrandome de la cintura.

-Esto es una estafa!-. Exclamé.

-¿Porque?-. Preguntó descaradamente.

-Por eso-. Señalé el estante lleno de jabón de frutas. ¡Lo sabía!

-Y ahora vas a decirme que te creiste la excusa de que no había jabón-. Habló pícaro arqueando una ceja y acercándome más a él si se podía.

-Sólo un poquito-. Dije sonriendo y agarrandole del cuello con ambas manos. Él me tomó de las piernas obligadome a rodearle la cintura y luego pego mi espalda por la pared.

-Eres tan deliciosa... Nunca me cansaré de ti-. Comentó saboreando mi cuello. Eso último me dio escalofríos.

-Tonto, hoy es la última vez-. Le aclaré por si se había olvidado.

-No me digas tonto o tendré que castigarte-. Habló el mayor pasando una de sus manos por mi teta.

-Tonto-. Volví a decir y fue lo suficiente para que él cierre la ducha y me tire de vuelta a la cama.

-Te Advertí-. Dijo dejándome boca abajo para luego ponerme en cuatro y entrar en mi de una sola estocada, provocando que un gemido ahogado se escape de mi boca.

-Dios Axel!-. Gemi alto. Estoy segura de que los vecinos ya se aprendieron su nombre completo pues me pasé gritando toda la noche.

-Si Velyn, gime para mi-. Susurró en mi oído.

-Axel...Axel...Axel...No pares grandote- Gemi moviendo mi cadera en círculos mientras él seguía con sus embestidas.

-Pequeña, correte conmigo- Volvió a susurrar. Unas estocadas más y nos corrimos a la vez.

La Nueva Y El MujeriegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora